Dos Mundos Diferentes

11.- Un paseo por el reino de Sol

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|°                  →Celos.                   °|
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ChanYeol miraba a JongIn con sus ojos entrecerrados, el moreno lo vió con una ceja alzada.

— ¿Por qué me miras así?.

— Hablabas mucho con Kris, ¿Qué era tan interesante?.

— Hmm, nada interesante en realidad, no importa.

—¡Claro que importa! Se veían tan felices, ¿Por qué no me cuentas a mi para yo también estar felíz? A menos que hayan hablado de algo que no quieras que sepa, ¿Qué tanto ocultas, Kai? —ChanYeol cruza los brazos.- ¿Acaso acordaron tener una cita?

— ¿Qué?

— Sólo quiero que sepas que Tao lo invito a salir ayer y lo dejo esperando toda la noche.

— ¡No me recuerdes mi desgracia! —Tao gritó desde el otro lado de la cabaña, ChanYeol lo ignoró.

— No es un buen tipo, Kai, tu mereces alguien que si vaya a las citas.

— Hmm, ya veo, encontraré alguien que vaya a las citas, ahora deja de mirarme así.

— No cualquier persona, Kai, alguien de confianza.

— ChanYeol, no lo invite a una cita, escuché que tú cumpleaños está cerca, así que planeaba algo para tí.

— ¿Un regalo? —a ChanYeol le brillaron los ojos con emoción.

— Se podría decir que es un regalo.

— ¿Y qué es?.

Kai niega.— No te lo diré, es una sorpresa, espera cuatro días y verás.

— ¿Cuatro días? Es una eternidad, dime ahora.

— No, ChanYeol, espera a que sea tu cumpleaños —ChanYeol hace un puchero.— aunque hagas cara de perrito apachurrado no te lo diré.

— Pero Kai.

— Pero nada, espera a que sea tu cumpleaños.

ChanYeol bufa mientras Kai se va riéndose, Kris entra a la cabaña, el príncipe sonríe con malicia.

— Oh Kris, mi querido demi de ojos rojos ven aquí —Kris va hacía él con confusión.— ¿Haz estado bien? —Kris apenas iba a responder pero ChanYeol lo interrumpe.— que bien, me alegro, dime, ¿Qué es lo que planea Kai? Ya sabes, con eso de que pronto será mi cumpleaños, tú debes saber algo, ¿No?.

— Hm, que mal, yo no sé nada, suerte para la próxima.

Kris camina con una sonrisa dejando a ChanYeol con un puchero, iba a salir pero Tao le detiene.

— ¡Oye, tú! ¡Maldito demi tonto!

— ¿Qué quieres?

— Te estuve esperando.

— Jamás dije que aceptaba tu cita.

— Por horas estuve fuera de la cabaña, casi moría congelado, maldito sin corazón.

— ¿Horas? Regresaste después de media hora.

— Cállate, nadie te hablo Jongdae —Tao bufa.— cómo sea, lloré toda la noche por eso.

— Estabas más dormido que mi abuelo a la hora de los rezos a Luna.

— Mierda Jongdae, mejor ve a coquetear con Xiumin —Chen rueda los ojos.— si lloré, en mis sueños lo hice.