Capitulo 5 - Segundo Día

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-Hey, hey -escuchaba una voz- levántate, tienes que ver esto -comenzaba a abrir los ojos lentamente y noté que era mi amigo, me percaté en su rostro que estaba un poco preocupado - Hey, párate, mira -dijo señalando la ventana.

-¿Qué ocurre? -respondí aún con bastante sueño.

-El cielo, está... rojo.

-¿Y eso es malo? -me levanté y me dirigí a la ventana.

-Según nuestro entrenamiento, sí, significa que hemos tenido contacto con alguien de aquí -su voz era apresurada, nerviosa.

-¿Contacto? Carajo, ayer estuvimos sentados la mayor parte del día -el cielo se veía espeluznante, pero a la vez era algo increíble, jamás había visto algo así, pareciera como si estuviera a punto de llover sangre.

-Había escuchado sobre un agente que tuvo contacto con una persona mientras estaba en una misión, las cosas salieron pésimas, incluso llegó a dispararle a su amigo, creo que lo mató -no dejábamos de ver el cielo rojo.

-Mierda, esta vez tendremos que ser más cuidadosos, venga, hay que prepararnos, tenemos que entrar a la casa de nuestro objetivo, tú tranquilízate, no creo que ocurra algo malo -me retiré de la ventana y comencé a vestirme.

Después de unos minutos salimos de la casa, caminamos hacia el hogar de nuestro objetivo, apenas eran las 6:30 de la mañana, así que nos sentamos en la misma banca que el día anterior. Pasaron los minutos, no había mucha gente, mi amigo se encontraba en un gran silencio, sin quitarle la vista a la casa, al paso de una media hora nuestro objetivo salió y se dirigió a la esquina para tomar un bus.

-Parece que se va -dijo mi amigo.

-Espera, recuerda que tenemos que asegurarnos de que no regrese por nada en lo absoluto -nuestro objetivo subió al bus y al pasar diez minutos nos levantamos.

Primero rodeamos la casa, en la parte trasera había una barda, nos subimos y pudimos ver que había un patio bastante grande, no había señales de que tuviera algún perro cuidando así que podíamos entrar por ahí. Por el frente solo había una reja grande y un camino que llevaba a la puerta principal, era un riesgo intentar entrar por ahí ya que la gente podía vernos. Saltamos la barda trasera, recorrimos el patio y vimos una puerta que daba acceso a la casa, lamentablemente estaba cerrada.

-Perfecto, lo que faltaba -dijo mi amigo.

-Quizá podamos entrar por una ventana -traté de abrir algunas pero no conseguí algún resultado.

-Hey, mira -señaló una ventana abierta en el piso de arriba.

-Si claro, intenta llegar allá, no seas tonto, saca algún alambre o algo, aún recuerdo en el entrenamiento cuando nos dieron instrucciones sobre cómo abrir puertas y cosas así.

Por suerte mi amigo siempre tenía lo que necesitábamos a la mano, por algo ha sido mi compañero en las misiones por más de nueve años. Me da un alambre e intento abrir la cerradura pero tardé unos minutos, no era nada fácil, debes ser exacto.

-Es una cerradura bastante vieja, pero ya casi, puedo sentirlo -le dije.

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