Capitulo 6 - Tercer Día

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Escuché la alarma avisando las 6:00 de la mañana, se desactivó automáticamente al paso de unos segundos, -hoy es el día- pensé, me levanté y fui a la ventana, observé a las personas -¿Qué les espera hoy? ¿A dónde se dirigen?- pensé.

-¿Qué pasa? -preguntó mi amigo levantándose- ¿Otra vez pensando?

-Sí, ya sabes, lo normal.

-Venga, ya hemos hecho esto varias veces, despreocúpate.

-No es por asesinarlo, sino, es que... -estaba preocupado, no me podía sacar de la cabeza una simple cosa: ¿por qué el día de ayer había amanecido con el cielo rojo? No habíamos hecho nada malo, me sentía preocupado- La ciudad, me agrada un poco -no quería decirle la verdad.

-Si bueno, pronto regresaremos a nuestro hogar, así que mejor no te encariñes tanto.

-Venga, terminemos con esto, ¿Estás listo?

-Claro que sí, pero primero hay que ir a comer algo, odio sentir hambre durante el viaje de regreso, es feo combinar el hambre y el mareo -y la verdad es que sí, nuestro viaje no era muy largo, pero era muy desgastante, no como los viajes en avión o en carro, estos eran muy diferentes.

-Bueno, vamos -le dije.

Caminamos por la ciudad, y mientras esperábamos la comida en aquel restaurante, la plática volvió a salir.

-Este chico, ¿Qué crees que suceda si no lo asesinamos? -preguntó mi amigo.

-No lo sé, pero son políticas de la empresa, creo que no deberíamos intervenir en eso.

-Recuerdo a aquellos chicos, casi nos atrapa la policía ¿recuerdas? -había sido hace mucho tiempo, asesinamos a un chico de 19 años, lamentablemente no estaba solo, nos metimos en problemas y terminamos matando a dos de sus amigos, fue una misión muy larga.

-Moría de los nervios, pero teníamos que hacerlo -le respondí.

-Me salvaste el trasero aquél día.

-No te iba a dejar ahí -recordaba la escena, lo habían acorralado los dos amigos del chico que asesinamos, saqué la pistola y les disparé a ambos justo en el corazón, de no haber sido así lo hubieran matado a él.

-Jamás podré terminar de agradecértelo -la comida había llegado.

-No pasa nada, venga, tenemos un largo día, "nuestro chico nos espera".

Esperamos enfrente de la casa, sentados en la misma banca. Se dieron las 2:10 de la tarde, y decidimos entrar antes de que llegara nuestro chico, por suerte la puerta trasera seguía como la habíamos dejado el día anterior, nos ocultamos en una de las recamaras y dejamos pasar los minutos.

Después de un rato escuchamos la puerta, y luego como alguien subía por las escaleras, era nuestro momento, mi amigo estaba nervioso, como siempre justo antes de terminar nuestras misiones, era la parte más difícil, no dudar ni un solo momento en hacerlo era una de las reglas principales. Escuchamos como nuestro chico entró a su habitación, y con sigilo nosotros salimos de la otra. Su puerta estaba abierta, nuestro chico estaba sentado en su silla, apuntando algunas cosas en una hoja. Mi amigo sacó el arma, sentía como mi corazón trabajaba rápidamente, sin embargo, algo me decía "huye, lárgate ahora", no le presté atención y saqué mi arma.

-Deja todo y levanta las manos -dijo mi amigo, el chico nos volteó a ver, pero extrañamente no estaba asustado, su rostro nos decía todo lo contrario.

-Oh, hola, los estaba esperando -dijo el chico. Me quedé impactado, ¿Nos estaba esperando? ¿Qué carajo? -Warren vino a verme, pero no fue muy específico en la hora.

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