Terence se encontraba en su oficina, firmando importantes papeles, con su ceño fruncido.
No sólo detestaba el papeleo, ahora también tenía que soportar la mirada de alguien desde la entrada.
Dando un gran suspiro, levantó la mirada para ver como Esmeralda cerraba la puerta, antes de ser descubierta.
-Esmeralda, ¿qué quieres?- preguntó el lobo con forma humanoide.
No era necesario que él trabaje, tenía el dinero suficiente hasta para ser un duque, pero ahora cuidaba de ésa niña humana y a pesar de no querer, tenía que integrarla a la sociedad.
La puerta se volvió a abrir, asomando la pequeña su rostro, algo tímida, haciendo que el rubio se sorprenda.
¿Desde cuándo ésa niña era tímida?
Usualmente era bastante sin vergüenza y falta de temor ante él.
-¿Hiciste algo malo en la escuela?- preguntó Terence, con curiosidad.
No le importaba la travesura que haya hecho, la apoyaría, pero si dice algo sobre un niño que le parece lindo o un niño que la molesta, causaría una masacre.
-Yo... ¿el señor lobo está trabajando?
Creí que era un holgazan que tenía muchas riquezas por haber sido un terrible ladrón.- dijo la niña.El hombre tuvo un leve tic en el ojo al oír tal artimaña, que de hecho, era un poco verdad.
-¿Estás buscando pelea, mocosa?- preguntó el rubio, intentando mantener la calma.
No debía ser provocado por una niña humana.
Esmeralda, miró a los lados, abrió la puerta por completo y se acercó corriendo hasta el escritorio de su padre adoptivo, para dejar una pequeña bolsa transparente con algo negro que no se distinguía bien.
-Para usted, adiós.
Y tan rápido como entro, se dio media vuelta para irse, pero justo chocó con la persona a la que veía como a su verdadera madre, siendo su plan de huida un fracaso.
-¿Qué se supone que es esto? ¿Carbón?- preguntó Terece, agarrando ésa pequeña bolsita.
Era un hecho, ésa niña quería pelear.
¿Será ésa edad rebelde que pasan algunos humanos?Esmeralda, agarrando el vestido de Ruby, volteó levemente su rostro para ver a su protector.
-Son galletas, las hice para el señor lobo.- explicó en un susurro, siendo oído por el hombre.
Terence, muy asombrado, miró ésa pequeña bolsita.
¿Se supone que ésas cosas negras eran galletas?
No tenía una apariencia lejana al carbón.-¿Me quieres envenenar para quedarte con todo lo que tengo?- preguntó el lobo con forma humanoide.
Esmeralda lo miró con su ojo bien abierto y luego funcionó el ceño.
-¡El señor lobo es un gran tonto!
Y tras gritar éso, Esmeralda se fue corriendo, dejando al rubio bastante perdido.
¿Y ahora qué hizo?
-Hace una semana fue el día del padre, Esmeralda al enterarse, le quiso hacer ése regaló.- explicó la sirvienta, con una sonrisa.
Terence, ocultando su asombro, abrió la bolsita y sacó una... "galleta."
Esmeralda, asomó su cabeza por la entrada para ver a su tutor.
Seguramente que al comerlo, el señor lobo habría probado la mejor delicia de toda su vida y le rogaría por galletas todos los días.
Terence, con algo de esfuerzo, llevo ésa galleta a su boca, oyendose sus dientes quebrar ésa dura cosa negra tras cada mordida, frunciendo el ceño por la destrucción masiva de su paladar antes de tragar y sacar su lengua que se teñia de un leve negro, con asco.
-¡Puaj! ¡Esto sabe horrible, más horrible de lo que se ve!- gritó, sin contenerse.
Esmeralda al oír éso, fue derrumbada de su mundo de fantasía y volvió a pasar a ésa habitación, enojada.
-¡Devuelvamelo, el señor lobo es un gran tonto y no sabe lo que es el buen gusto!- gritó la niña mientras extendía su mano.
Quizás se le quemaron un poco ya que se fue a jugar y se olvidó que estaba haciendo galletas, pero seguramente tenían un sabor exquisito.
-¡No te daré nada, lo querrás comer y morirás por intoxicación!- gritó el rubio, con sus ojos algo llorosos por haber probado algo tan horrible.
La pequeña, se sintió muy ofendida por oír éso, así que se dio media vuelta y se fue corriendo.
Ya le demostraría luego que si no se queman, sus galletas saben bien, sólo para cerrarle la boca.
Una vez que la niña se fue, Ruby miró a Terence con una leve sonrisa, algo cansada.
-¿Quiere qué las tiré por usted?- preguntó.
El rubio, le dio una mirada fulminante por tal pregunta.
-No, las comeré todas.- dijo mientras llevaba otra de ésas horribles galletas que parecían carbón, a su boca.
Tenía un sabor horrible y ni en prisión torturarian a alguien con algo así, pero... en ése momento, si tenía que elegir entre la comida más deliciosa jamás creada y ésas horribles galletas, luego de pensarlo un poco, seguramente elegiría ésas horribles galletas.
No importaba el horrible sabor, en ése momento, nada podía tener un mejor gusto.
-¿No debería ser más honesto con Esmeralda?- preguntó Ruby, con cansancio.
Ya sabía que la relación padre e hija de esos dos era así, pero intentar alguno de ellos renunciar a su orgullo por una sola vez, no los mataría.
-¿De qué hablas? Fui sincero con ella, le dije que sabían horribles, sólo no le dije que las comería igual y que mataría a cualquiera que me quiera quitar una sola galleta carbón que me fue dado como un regalo del día del padre, por mi fastidiosa hija.- dijo Terence con una leve sonrisa mientras comía otra de ésas horribles galletas.
Ojalá que las próximas tengan mejor sabor y si no llega a haber próxima vez, castigará a Esmeralda hasta los 30 años.
Mientras que afuera de la oficina, la pequeña estaba recostada sobre la pared, con sus mejillas rojas de la vergüenza.
El señor lobo era un tonto y para nada honesto, pero era su tonto y deshonesto padre.
Sólo para vengarse, la próxima vez haría galletas y haría todo el día como que no le preparó nada, para dárselas antes de ir a dormir.
¿Se enojaria? Sí, pero ella es la hija del lobo feroz por lo que éso la hacía una loba, ¿no?
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¡Hola!Un tiempo ausente pero en mi defensa... pues, nada, sólo no tenía ganas de escribir, me entretuve con el YouTube.
Aquí regresa está historia con sus capítulos especiales, donde veremos si Esmeralda por fin llama "papá" a Terence o él renuncía a su orgullo y se lo pide... o ninguna ya que los dos son bien tercos.
Espero que les haya gustado el capítulo especial.
Gracias por su tiempo.
Volveré...
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La hija del lobo feroz
Short StoryUna niña, odiada por todos, se ve en el fín, sin ganas de vivir, caminando por el tenebroso busqué en la tormenta, esperando encontrar el fín de su vida, pero en lugar de éso, encuentra un hogar y una familia. ¿Qué aventura le esperan?