Qué bonito fue

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Mingyu bajó del auto caminado hasta su departamento con Wonwoo y entró sin permiso. Comenzó a tomar alcohol más fuerte mientras esperaba por el menor.

Se sentó en la sala con la botella en mano y sus ojos brillosos.

Escuchó la puerta de la habitación siendo cerrada, se dio media vuelta y miró a Wonwoo usando una bata de dormir azul metálica.

Dejó la botella vacía en la mesa de centro y se levantó hasta el menor. Comenzó a acariciar su cabello y a dibujar sus facciones.

—Te amo Wonwoo.

¿Cuándo lo dirás estando sobrio? No sabes cuánto te odio

Mingyu comenzó pasando sus labios por los del contrario en un beso cálido y reconfortante; abrazó al menor apegándolo a él, repartiendo caricias por la espalda del mismo.

Se separaban por falta de aire solo unos segundos y cambiaban de posiciones para continuar con el beso largo y cálido.

—¿Por qué no me amas, Wonwoo?

—Te amo, te amo demasiado.

¿Estoy hiriendo tus sentimientos?

—Cada día, cada noche, probablemente toda mi vida.

¿Me perdonarás algún día?

—No lo sé, yo espero que no, Mingyu, porque no lo merezco, pero supongo que te amo más a ti que a mí mismo y por eso estoy aquí contigo esta noche.

Mingyu cargó al chico en sus brazos hasta llevarlo a su habitación y encontrar una noche de deseos carnales.

[...]

Mingyu despertó mirando a Wonwoo dormido a su lado, cubierto solo con la sábana beige...

Sonrió mirándolo y se recostó de lado para mirarlo y apreciarlo de cerca.

Tomo su teléfono y miró la hora, eran las tres de la mañana. Escribió un mensaje para Eunbi advirtiendo que llegaría por la mañana.

El menor se acercó a él para abrazarlo y conseguir el calor de su cuerpo.

Mingyu pasó su brazo debajo de su cintura y comenzó a escribir con una sola mano, dejando caer el teléfono en el buró de lado.

[...]

El pelinegro menor se despertó, mirando a Mingyu abrazarlo de la cintura, y sonrió para apegarse más a él y obtener más de su calor corporal mientras se escondía en su pecho y entre sus brazos

Con las horas corriendo, Mingyu se levantó mirando la hora en su teléfono, sorprendiéndose al instante y levantándose en ese momento mientras recogía sus cosas y tomaba una ducha rápida.

Wonwoo se acomodó en la cama, mirando como iba de un lado a otro por las prisas.

—¿Vas muy tarde?

—Cállate, me hubieras despertado.

Wonwoo ríe negando.

—Soy tu amante, esas no son mis obligaciones —Mingyu alzó una ceja poniéndose los zapatos.

—Se me olvidaba que solo servías para coger.

Wonwoo rodó los ojos, levantándose mientras se cubría con la sabana y negaba.

—De hecho soy más que eso, pero tú no lo comprenderías, con esa cabeza tan pequeña.

—Quitate las marcas que deje en tu cuello, cúbrelas o has algo, no quiero verlas ahí, no me marques, estaré ocupado todo el día y menos me busques al teléfono de mi casa.

Wonwoo negó cínicamente.

—No se preocupe, señor Kim, no me verá en los próximos tres días.

¿A dónde diablos vas?

—A trabajar, no me mantengo a base de coger.

¿Con quién vas? Aléjate del imbécil de Lee.

—¿Celándome tan temprano?

¿Celarte a ti? Puedo conseguirme uno como tú en cualquier esquina de camino a casa, no te sientas inalcanzable.

—¡Ya lárgate de una buena vez! Y si voy con Lee —le cerró la puerta en la cara y se echó a llorar. Una vez quedó cerrada, dejándose caer hasta el piso y abrazando sus rodillas.

Mingyu iba a recriminar por las últimas palabras y el haber cerrado la puerta en su cara, pero se detuvo en cuanto lo escuchó llorar.

Se terminó de abrochar los botones y caminó hacia fuera mirando a Jun y Minghao.

—¡Maldición! —se metió en el siguiente elevador para bajar y perderlos de vista.

[...]

Wonwoo salió del departamento con su uniforme puesto y una pequeña maleta en su mano derecha totalmente improvisada. No le daba tiempo de ir a su departamento por la maleta ya preparada.

Bajo por el elevador, aun recordando las últimas palabras de Mingyu.

¿Cómo era posible que en las noches siempre fuera el más romántico, el más amoroso y en las mañanas?
fuera pedante o simplemente irse sin siquiera despedirse de él.

Se aguantó las ganas de llorar y llegó hasta recepción.

—Pero mira nada más que novedoso el magnífico Jeon Wonwoo —grito Jun quitándose las gafas de sol para caminar hacia él—. El menor sonrió saludándole.

¿A dónde vas? ¿Vives aquí?

Voy al aeropuerto y no, no vivo aquí, bueno, es como un departamento provincial.

Parece que todos mis conocidos viven aquí. ¿Debería vivir aquí también?

—Oh en serio, quizás.

—Sí, bueno, la verdad es que estos lugares "lujosos y caros" no son lo mío, pero mi jefe vive aquí y también vi salir a Mingyu hace un momento y casualmente también a una vieja amiga, oh y tú.

—Bueno, supongo que es casualidad.

—Sí, bueno, no importa, ¿te llevo?

—No, no te preocupes, está bien, yo puedo tomar un taxi.

-taxi para que - Jun caminó tomándolo de la mano y dándole una vuelta bailarina para jalarlo con él y despedirse de mano con Minghao, que sonrió asintiendo.

—De verdad no era necesario.

—No me molesta, además voy camino a la empresa; me queda de paso y así no gastas en taxis.

—Bueno, siendo a sí, muchas gracias —sonrió mirando hacia la ventana.

—¿Te molesta si pongo un poco de música?

No, para nada, adelante.

—Lindo, lindo, muy lindo.

Wonwoo sonrió sonrojado por el último comentario y se despidió en cuanto se detuvo el auto en el aeropuerto.

—bueno, no sé qué tan bueno seas manejando esas cosas peligrosas, espero que bueno, para poder verte, por qué joven Wonwoo, estoy por invitarlo a una cita. La próxima vez, usted y yo mirando el amanecer abrazados mientras le digo cuanto le amo. ¿Qué le parece? Seguiré esperando mi mensaje —sonrió sinceramente por el comentario y asintió.

Recordó su tarjeta de presentación. La había sacado y puesto en su cartera antes de dejar su ropa sucia en el apartamento.

Sober (Meanie) MINWONDonde viven las historias. Descúbrelo ahora