Epílogo

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Después de un largo día de trabajo, Dimitri se disponía a llegar a su casa. Estaba bastante cansado, sin dudas había sido un día agitado. Una buena parte de sus preocupaciones se esfumó cuando pensó en el joven que lo estaba esperando dentro. Su historia era bastante extraña; se habían conocido desde chiquitos en el jardín de infantes y fueron amigos toda la primaria. La situación cambió en secundaria, cuando se dieron cuenta de que estaban enamorados. La relación avanzó bastante rápido como para ponerse de novios en un par de meses. Y Dimitri pensaba cada vez más que se trataba de una conexión más allá de lo físico.

Encastró la llave en la cerradura haciendo una breve recapitulación de los hechos. Siempre que pensaba en cómo su relación había surgido, se perdía en sus pensamientos elaborando cualquier clase de teorías acerca del destino. Eran demasiadas coincidencias como para considerarlo una simple casualidad. Él creía que, efectivamente, estaban destinados a ser. Pensando todas esas cosas, Dimitri abrió la puerta y dentro lo recibió un aroma a comida. En la mesa, notó, habían invitados. Se trataba de Lukas y Mathias, sus amigos, y el hermano menor de Vlad, Andrei. ¿Pero qué hacían ahí? Que él supiera, no habían arreglado para juntarse.

Los invitados lo recibieron con calidez. Vlad se asomó por la cocina con las fuentes de comida listas y le sonrió. Dimitri supo en ese momento que él había arreglado todo. Él también sonrió, se sentó en la mesa y disfrutó de la animada velada con amigos.

Su vida no podía ser mejor.

Cómo ser amigo de un espíritu (y cómo expulsarlos de tu hogar) (Bulrom)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora