Tocando una estrella

Capítulo IX - Pasado, Presente, Después.

Eris esperó hasta que Alexair le avisara que estaba en planta para bajar, no le tomó demasiado arreglarse, y todo porque nunca fue el tipo de mujer que dedicara horas a esa clase de menesteres. Un pantalón tipo kaki a la cadera, con un fino cinturón de cuero marrón oscuro, y una blusa sin mangas, de textura sedosa, con el corte del escote en "V", modesto, sobrio, y de un sutil color marfil, era un atuendo lo suficientemente casual para su estilo, además de que le permitía usar mocasines sin desentonar; no sabía andar en tacones, nunca aprendió, y posiblemente jamás lo haría.

El mensaje más esperado llegó y se sintió ansiosa, emocionada, nerviosa, todo junto. En cierto sentido, esto era normal, por no saber si esas cosas estaban ligadas a lo sucedido con Alexair, o a esa pequeña posibilidad de reencontrarse con Darell.

Curiosamente, los pensamientos que ocupaban su mente mientras bajaba en el ascensor, tenían como protagonista a Alexair, pero, inconscientemente, se atravesaba Darell y rompía sus ideas, cosa que le producía malestar, y esto abrumaba en una forma que le ocasionaba pesar.

Es importante mencionar en este punto, que tras aquel encuentro entre ambas, no se había dado ningún tipo de conversación que permitiera darle forma a las razones que las llevaron ahí, y esta era otra de las cosas que Eris pensaba.

Cuando salió del edificio, Alexair estaba reclinada del jeep, con los brazos cruzados, sonriendo; al verla, comenzó a caminar en su dirección.

Su forma de vestirse para aquella ocasión, se acoplaba en forma ideal con la que había elegido Eris. Aquel era un traje sastre algo grande para su anatomía, pero era un atributo que le sentaba a su delgada figura. El pantalón y el saco eran de color marrón claro, muy claro. La camisa era blanca, la usaba desfajada, no estaba del todo abotonada, y las mangas, tanto del saco como de la camisa, las llevaba arremangadas hasta esa zona bajo el codo que delimita muchos estilos de camisas a tres cuartos de brazo.

Alexair la abrazó, y tomó su rostro entre ambas manos antes de darle un beso tierno y dulce, que Eris correspondió sin dudar. Luego, tomó sus manos, y las extendió para apreciar su apariencia con detenimiento. Un par de vueltas, como si bailaran, y Eris estaba riendo en forma nerviosa.

—Me encanta cómo te queda esa clase de pantalón, se te ve bien provocativo el culito. —Alexair miraba en una forma que puso nerviosa a Eris
—Loca. —le dijo, empujándola amistosamente.
—Vamos, antes de que te suba cargada a tu apartamento y te... —Alexair suspiró y avanzó hacia su jeep entre risas.

Eris seguía sin propiciar una conversación para aclarar los puntos, pero, tampoco detenía a Alexair en el trato que le daba.

Mientras duró el recorrido, Alexair mantuvo el hilo sobre aquel "chispazo visual" que le produjo Eris.

—¿Nunca te dijeron cosas así? —mientras le hablaba, se debatía entre mantener los ojos en el camino o mirar a Eris.
—En realidad... no.
—Ahora entiendo por qué te pones así. —Alexair no parecía sentirse a gusto, pero, sonreía. —creo que es importante decirle esa clase de cosas a tu novia, que se sienta deseada por ti, que sepa que quieres comértela con todo y ropa.

Eris volteó a verla, completamente sorprendida. Alexair sintió el peso de su mirada y empezó a reír a carcajadas.

—¿Qué? ¿Tenía que pedirlo? Pensé que con lo que te hice tendrías suficiente. —la naturalidad con la cual esgrimía cada argumento, hacía que Eris se ruborizara más. Alexair negaba con la cabeza y dedicaba algunos segundos a mirarla.

El silencio de Eris no era mal indicador, menos cuando todo lo que hacía era mirar a Alexair como tarada.

Para algunas personas, es difícil resistirse cuando tienen estereotipos arraigados, y Eris era la clase de mujer que encontraba atractivo cierto tipo de cualidades en otra mujer; ser dominante, y tomar las decisiones sin dudar demasiado, además de la iniciativa sexual activa, siempre fueron detalles en su lista "Must Have".