Capítulo XVIII - Donde habita la magia.

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El grupo fue bien recibido al estar en la casa de Ángel. Siham y Leidy llegaron juntas, por estar compartiendo espacio en forma temporal, cosa que las unificaba más en su amistad, tanto que era evidente para el resto.

Eris y Alexair llegaron un poco tarde, con cara de pocos amigos, pero entrelazadas de manos. Esto había que leerlo con agudeza para no caer en especulaciones. La postura correcta en este caso, era la de observador, pues, ambas eran una bomba de tiempo al estar de mal genio.

Ángel presentó a su hija cuando ella salió de su habitación, luego de cumplir con las rutinas diarias que él le asignaba como parte de su formación integral —nada del otro mundo, aseo personal y limpieza de la habitación—. Angélica se mostró muy feliz al reencontrarse con Eris, y se mezcló bastante bien con el grupo.

Entre una cosa y otra, fue inevitable tocar el tema de su separación, y esto venía de la mano con el hecho de que, tras el divorcio, la custodia de la niña era uno de los "puntos de batalla".

—No. —expresión rotunda, firme y segura por parte de Ángel. —Los hijos deben estar con su mamá, es lo correcto. No tengo por qué poner a mi hija a decidir entre su mamá y yo.
—¿Y si se pone ridícula? —Eris hacía referencia a su madre, gesticulaba como ella solía hacerlo, tanto como su mente le permitía recordar.
—Yo siempre voy a estar para mi hija, y ella siempre sabrá dónde encontrarme. Imagínate que me pusiera a pelear por tenerla, es injusto para ella, necesita a su mamá, sobre todo ahorita que está en esa etapa tan difícil, donde va a experimentar tantos cambios y cosas que... obviamente necesita que una mujer se las explique, porque son cosas de mujeres. Supón que se desarrolla estando conmigo, no tengo ni la más mínima idea de lo que debería hacer.

Eris rio al escuchar esto, y todo porque recordó cuando vivió esa experiencia con su padre.

—Sé a lo que te refieres. Yo no se la puse fácil a mi papá. —Eris cubría su rostro con ambas manos y buscaba cercanía con Alexair.
—Queremos escuchar la historia, tía Eris. —Angélica puso de manifiesto su interés en lo ocurrido, y el resto se unió a su petición.
—Recuerdo que papá estaba lavando, tuvo que haber sido un fin de semana porque desperté tarde... el grito que di no fue normal, estaba toda llena de sangre, y eso no fue lo peor, sino que cuando salí de la cama, fue más lo que se derramó y comencé a correr gritando y llamando a mi papá, lloraba aterrada escaleras abajo... él venía subiendo con una cesta de ropa que acababa de lavar, yo resbalé... terminamos al pie de la escalera, la ropa voló por los aires, y mi papá tuvo un par de raspones; fue necesario limpiar el pasillo, las escaleras, y volver a lavar parte de la ropa. —Eris hizo una pausa para reír, todos lo hacían y es que su cara era un poema, su forma de contar la anécdota era muy graciosa. —Al final, llamó a mi tía Lolita, y ella me explicó el asunto con pelos y señales.
—Mi papá y mi mamá me hablaron de esas cosas en equipo, y me explicaron todo sobre la sexualidad. Igualmente lo hicieron con Alexmir, pero ella tuvo más influencia de Eugenia, por eso es muy femenina; mi mamá, ni maquillarse sabe. Nos explicaron todo, indistintamente de si nos gustaran a futuro los hombres o las mujeres, sin adornos y sin sesgo. Bellos. —Alexair se abrazaba a sí misma y cerraba los ojos.
—Mi familia no sabe, por obvias razones, y mi papá es un cajón cuadrado repleto de testosterona musulmana, no quiero que salga el dragón, así que no hablo demasiado de mi vida. Mis hermanos son copias íntegras de él, entonces, sería como enfrentar a un dragon de tres cabezas.
—¿Y tu mamá? —Leidy se interesó por el resto de la historia.
—Ella ve por los ojos de mi papá y se siente cómoda con su forma de ser. Es la clase de mujer que acepta sujetarse al marido y yo no me meto en eso, si son felices, yo soy feliz. Mi papá la tiene como una reina, pero, sé que eso no sería así si mi mamá lo cuestionara al menos una vez.
—Mi mamá cree que "el hombre de la  casa" tiene que ser un guarro hediondo que la trate como trapo y le controle la vida, eso en resumen. —Eris sonrió, y comenzó a juguetear con la libreta donde escribía sus canciones.
—Esos son patrones de crianza, mi abuela era demasiado cuadrada y mi mamá fue la única que le plantó cara. Mis tías hicieron vidas conforme a lo que ella les exigió, y ahora que no está, viven la vida loca, descuidaron a mis primos, al marido y todo. No me parece lo más justo, porque ellos sufren gracias a su cobardía.
—No debe ser fácil, para la mayoría el asunto de la obediencia es tabú, y es difícil salirse de eso. —Ángel intervino en buena forma.
—Sí pero, tus padres no deberían decirte cómo vivir. Su tarea es mostrarte lo bueno y lo malo, aconsejarte, construirte en buenas obras, pero no poner tu felicidad en una caja adornada a su conveniencia. Una de mis tías quería viajar por el mundo, ni siquiera le gustaba la idea de tener hijos. Si bien tenía sus novios, nunca quiso ser la típica ama de casa que atiende al marido; en eso la convirtió mi abuela y ella no se resistió por miedo. Del lado de la familia de mi papá, mi tío Alejo nunca se casó, porque nunca se enamoró de ninguna de las tantas mujeres que tuvo, sino de la única que nunca le correspondió. —al decir esto, Alexair comenzó a reír con mucha gracia, y contagió al resto. —La historia de mi papá y mi mamá es tan especial, y triste a la vez... resulta que eran los mejores amigos del mundo, y cómplices a morir. Mi abuelo cuestionó mucho a mi papá por no llevar novias a la casa y mi mamá se ofreció para "hacerle el quite". Eso trascendió, porque pasaba el tiempo y no había boda, así que dijeron: "bueno, eso hará que dejen de joder". Se casaron, y la multitud empezó a pedir nieto. —Alexair no paraba de reír al hablar, era difícil comprenderla. —Nada, tuvieron que consumar, y para su buena fortuna, caí a la primera así que no tuvieron que repetir. Con Alexmir fue distinto, y ellos no la hubiesen engendrado si no es porque yo empecé a llamar hermanito, los dos se deprimieron porque ella no llegó al primer intento y estar juntos era traumático. Fueron momentos difíciles, pero después de eso, encontraron la forma de hacer que funcionara, involucrando a sus parejas en todo, y siendo claros desde el inicio. Sus parejas actuales fueron quienes aceptaron lo que somos, y tienen todos estos años juntos. Alexmir estaba bebé cuando empezaron a salir con ellos, imagínense, ellos nos ven desde que estábamos chiquitas. Mi hermana quiere mucho a Eugenia, siente que la entiende más que mamá, pero es que mamá es pragmática, como todo ingeniero.

Tocando una estrellaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora