Capítulo XI - Hay vida más allá.

74 10 2
                                    

Los últimos ensayos estuvieron a pedir de boca, eso en palabras de Siham. Sin embargo, Eris tuvo una idea de último minuto en la cual Alexair no se vio involucrada y...

—Debe conocerla, es una de sus bandas favoritas y el contexto amerita algo de ese calibre. —Eris "cuchicheaba" con Leidy y con Siham. Había creado una distracción ideal para Alexair, usando dulces para mantenerla lejos.
—Tendría más impacto si lo dejamos para el final. —Siham evaluaba la situación propuesta por Eris.
—Recuerden que hay un tiempo límite, tendríamos que sacrificar un tema para entrar. —Leidy, como de costumbre, se mostró poco afín a las decisiones grupales.
—Conozco al dueño, hablaré con él, y les aviso por privado.
—¿Y si se rehúsa?
—Tendré que pensar en otra cosa, porque si cambiamos el repertorio, Alexair va a cuestionar, y no quiero tener que decir una mentira aunque se trate de una sorpresa.
—Alexair se dará cuenta aunque no le digas nada, crees que no intuye que algo pasa, pero te aseguro que en cualquier momento va a investigar. —Siham se expresaba con confianza, eran años de amistad que le permitían conocerla a ese nivel.
—Solo sigan el plan, esto es importante. —Eris levantó ambas manos y las llevaba hacia adelante en forma pausada, antes de regresar con Alexair.

Ella estaba sentada en el borde de la tarima, y su rostro no era el más amigable; incluso, fue poco lo que probó los dulces. Jugaba con sus baquetas, intentando simular figuras en el aire mientras las agitaba. Su mirar para Eris fue hostil, y al verla, dejó lo que hacía, y su vista se extravío en el suelo.

—¿Qué pasa? —Eris se sintió extraña en esa mirada.
—¿Qué tanto cuchicheabas atrás con Leidy? —preguntó sin mirar.
—¿Con Leidy? —una risa nerviosa acompañaba sus palabras. —Siham está atrás con ella, te dije que te ayudaría con ese asunto. —le dijo, al tiempo que se sentaba a su izquierda.

Esa espontaneidad alivió ligeramente la tensión, pero la inquietud de Alexair era notoria. Eris sintió la necesidad de mostrar su cercanía al notar un delicado rubor en las mejillas de Alexair, así que se acostó sobre su regazo y tentó su mirada esquiva. Al no tener respuesta, buscó a ciegas uno de los dulces en la caja que estaba a la derecha de Alexair, y le dio una mordida; esto atrajo la atención de Alexair, y justo cuando la miró, se encontró con la sonrisa de Eris, y un par de ojos hermosamente brillantes para ella. Eris le dio de comer en la boca, con mucha torpeza, y ambas terminaron riendo.

Algo tenía esa risa de Alexair que resultaba adictivo, y Eris entraba en otro estado mental; se sentía deseosa de tenerla cerca y besarla hasta quedarse sin aire.

Eris no sabía que esa forma de mirar a Alexair, la enloquecía al punto de anudar su garganta y la hacía sentir nerviosa; por eso reía en esa forma, por no encontrar otra forma de exteriorizar esa intensidad.

Alexair estaba celosa y no sabía cómo manejarlo. Eris no era lo suficientemente astuta como para notar algo así, porque nunca antes despertó esas cosas en alguien —no digan que Darell la celaba, que no es cierto—, así que sus respuestas a esas reacciones eran instintivas, y solo buscaban aliviar su malestar.

Paréntesis aquí, que tengo opiniones divididas en cuanto a lo que vi en ellas, que no son tema de esta conversación.

Eris soportó el peso de su cuerpo en un codo y buscó cercanía con ella para besarla; una sonrisa se le escapó a Alexair en aquel preludio azucarado. El beso fue piropeado por Siham al encontrarlas en aquella comprometedora posición, y Leidy solo se reía de lo que observaba.

—Me gusta lo que veo. —elogio sincero de Siham.

Eris se acomodó, mirando hacia ellas, y Alexair la rodeó en forma posesiva, sujetando con firmeza la hebilla del cinturón de Eris y escudriñando en las miradas de ambas.

Tocando una estrellaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora