Capítulo X - Un asunto sobrevenido.

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Aquel viernes tan ansiado por ambas en silencio, no pudo ser. Las razones tras esto, venían de la mano con situaciones que se escapaban del control de Alexair, y Eris se mostró tranquila con eso, aunque Alexair no fuera explícita. Dadas las circunstancias, decidió darle atención a su tía, así que ese fin de semana se quedó con ella y con Rosalba, quien desde hace un buen tiempo, pasaba varios días haciéndole compañía a Lolita en su morada.

Entre los temas que trataron, salió a colación el asunto con Darell, y por más que Eris intentó evadirlo, la agudeza de Lolita fue superior en todo momento.

—No podrás evitarla toda la vida, una conversación de cierre es lo ideal. —Lolita defendía su punto de vista sin intención de imposición, sabía que Eris en su terquedad podía ser capaz de cometer una locura, ante un juego de palabras mal ubicado en una conversación.
—No tengo nada de qué hablar con ella, cuando pudo escucharme, no lo hizo, simplemente encontró la oportunidad perfecta para desecharme y no dudó al hacerlo.
—¿Y si es otra cosa? Digo, que no quiera hablar de eso sino de algo relacionado con los casos a los cuales estás vinculada. —Preguntó Rosalba, intentando aportar ideas.
—Ofelia es mi apoderada, puede actuar en mi nombre, así que en todo caso, es con ella con quien debería entenderse si se trata de algo relacionado con mi mamá. Si se trata del caso de mi papá, Soraya lo lleva con ustedes... lo de Lea... no prosperó en su momento, y no he hablado con Ángel, no sé si Lea quiera colaborar con lo que queremos hacer, y además, hay que encontrarle un abogado y...

Eris se quedó pensando por un par de minutos, y luego sonrió.

—Necesito un abogado para Lea, alguien que me pueda ayudar con su caso.
—Nosotras podemos...
—No. —Eris no dejó terminar a Rosalba. —Ustedes tienen lo de mi papá, y eso es prioritario para mí. ¿Saben de algún colega que pudiera querer este caso?
—Tengo algunos contactos, podría hacer un par de llamadas. —Rosalba dijo esto mirando a Lolita.
—Recuerdo que Darell mencionó a alguien, para el asunto de la muchacha esta... —Eris trataba de recordar.
—Le preguntaré. —Lolita tomó el teléfono con intención de escribirle a Darell.
—Ahorita no, ella es demasiado perspicaz, sabrá que estoy aquí y que yo lo mencioné. Déjame llegar por otro lado.
—¿A qué le temes? —Rosalba prestaba atención al lenguaje corporal de Eris, y se sentía inquieta.
—A ella misma. —Respondió Lolita, antes de que Eris dijera algo poco apropiado. —No es buena idea hablar con ella cuando está molesta o dolida, suele ser muy hiriente, y dice cosas que no siente, solo por lastimar. Yo insisto en que debe enfrentarla, pero, también debo reconocer que ha tomado las cosas en una forma que da gusto, viendo hacia adelante y con la frente en alto.
—Lo llaman "tocar fondo". —Eris no se mostró especialmente agradada por aquellas palabras.

Su teléfono la salvó momentáneamente cuando comenzó a sonar, era Alexair.

—Eris...
—Te escuchas agitada, ¿te sientes mal?
—Yo estoy bien... solo estoy preocupada. Igual, eso no es lo que quería decir.
—¿Pasa algo?
—Espera... solo... —Alexair suspiró. —¿Cómo estás?

Eris sintió que Alexair estaba muy dispersa, así que intentó empujar las cosas en una dirección que le brindara comodidad.

—Bien, vine a ver a mi tía y a recibir una dosis calórica de su amor. —Eris reía en forma discreta, ante la mirada inquisidora de Lolita.
—Con razón...
—¿Qué cosa?
—Tu carro no está. —Alexair suspiró de nuevo.
—¿Estás allá? —Eris no pudo disimular que aquello la emocionó, y luego se sintió un poco avergonzada.
—Iba a verte un rato antes de volver a...
—¿Dónde estabas?

Lolita le hacía amagos para que fuera con ella, y Rosalba la secundaba. Aquello se estaba volviendo muy hilarante.

—Espérame ahí.
—Debo...
—Voy saliendo, no tardo.

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