infierno.

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El campamento había llegado.
No había más nada interesante en mi repitente vida.

Repitente, repitente.
Esa palabra resonaba en mi cabeza cada que abría mis ojos un nuevo día.

Al menos el campamento era algo que llegaría a cambiar mi rutina unos tres días.
Siempre era lo mismo, al menos esos tres días estaré con distinta gente y no haría lo mismo que todas las mañanas.

Eso me aterraba, tenía tantas ganas de vomitar.

Esa mañana debíamos de ir al instituto, iríamos todos juntos al lugar del campamento.
Ni siquiera tenía compañero de asiento.

Pero sí que tenía un grupo de campamento, compartiría tienda con Heeseung y sus amigos.
Dios, sí solo tuviera amigos esto no pasaría.

No tendría que soportar sus comentarios, seguramente y espero que me excluyan. Prefiero eso antes de que comiencen a decirme algo o burlarse de mí como siempre lo hacían.

El simple hecho de pensar en eso hacía que mi cuerpo temblase.

La profesora me colocó en un grupo con ellos al ver que no tenía a nadie, era los primeros que vió.
Al menos podía hacer un grupo con otras personas, pero al parecer el infierno de estar cerca de ellos me perseguía.

Sí yo fuera un ángel, mis alas serían el mismo fuego al estar tanto tiempo con él, Heeseung era el infierno en persona.

No lo digo de forma vacilante, digo la verdad. Me aterraba tanto, me intimidaba.
Pero había algo raro.

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Por otra parte, ellos al enterarse que yo era de su grupo. Solo me ignoraron, excepto Nicholas.
Realmente no aporté nada al grupo, era el diferente allí.
Solo me dieron una pequeña lista de que llevar, nada más.

Bien, no me quejaba.
No era tarea difícil, supongo.

Esa mañana, seís de la mañana.
Le había pedido a mi madre una pequeña bolsa de dormir para poder ir.
Mi bolso estaba preparado.
Ella se fue dejándome nuevamente solo, como todas las mañanas.

Pero ella debía de trabajar.

Tenía un poco de esperanza, un poco de esperanza.
¿Qué era eso?

No sabía, no sabía nada.
No sé que sentía.
Sentía nervios, no me sentía como los otros días. No era normal, capaz me estaba muriendo y no lo sabía.
Capaz mi interior se estaba prendiendo fuego y yo seguía mirándome al espejo del baño.

Ciertamente me daba un poco de asco mirarme, de todas formas, no tenía tiempo.

Tomé mis bolsos y salí en rumbo al instituto.

No hacía ni tanto frío, ni tanto calor.
No era un clima donde podría nevar, no era un clima donde necesitaba diez tanques de agua para refrescarme.

Solo hacía frío.
El mismo frío de siempre.

Mi cuerpo aún no se acostumbraba a ese frío, era extraño.

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La lista pasaba, pasaba muy rápido.
Llegó mi nombre y solo pude decir un bajo "presente".
Me odiaba, odiaba ser tan tímido.

Luego de eso, pasó tan rápido.
Estábamos subiendo hacía el colectivo que nos llevaría.
Estaba en medio de las filas de asientos, todos los asientos estaban ocupados.

Todos me miraban, quería esconderme.
Mis manos temblaban y solo apretaba fuertemente mi mochila contra mi espalda.

– Sunoo, siéntate allí. Junto a tus compañeros de carpa. Vamos, no quedan más asientos - la profesora mencionó al subir.

La miré con terror en mis ojos, mi panza dolía como sí fuera a morir.
El asiento quedaba al lado de Nicholas, a su lado estaban ellos.

Comenzaron a empujarme un poco para que me siente, no era tan malo.
Era el único que me trataba bien allí.
O algo así.

Me senté a su lado, lo más lejos que podía de él.
A mi suerte era el último asiento, tendría el más alejado de ellos. O eso creía. Solo un poco cerca de Nicholas.
Me senté en el asiento al lado de la pequeña ventana.

Por suerte hablaban entre ellos, no sabían que estaba allí.
No me hacía notar, era lo que siempre hacía.
Odiaba ser el centro de atención.

– Sunoo, Sunoo - llamó Nicholas, lo miré. Era raro que hablará por así.

– ¿Uhm?

– ¿Cómo estás? - él preguntó y yo solo me sentí avergonzado en mi interior. Sabía que hablar con ciertas personas hacía que tartamudeé un poco y me trabe entre las palabras.

Asentí con mi cabeza, no quería hablarle por ahora.
No estaba acostumbrado a ser tan sociable y hablar por gusto.

– estoy..

– déjalo, Nicho. Sabes que no sabe que decir - interrumpió Jay.

Otra vez, burlándose de mí indirectamente. Siempre lo hacían.

Miré hacía ellos, miré hacía Heeseung. Él solo estaba jugando con su celular, levantó su mirada y rápidamente bajé la mía para no ver aquellos ojos.

Aquellos ojos infernales, cada que los veía, la tristeza me invadía a modos extremos.

– que estúpido - mencionó Heeseung y yo solo sentí una presión pequeña en el pecho.

Ellos comenzaron a reír, siempre soltaban comentarios ofensivos hacía mí.

Nicholas tomó mi mano, yo me asusté alejándome rápidamente de él.

– oye, tranquilo - acarició mi mano, yo lo miré con sumo terror aunque solo estaba tocando mi mano.

Yo solo soy tan ingenuo, quería escapar.

Nicholas soltó mi mano bruscamente, sabía que él solo me trataba bien por su conveniencia.
Eso creía, no podría tratarme bien.
Al ser yo, eso era extraño.

Me alejé más de ellos, me miraron tan mal. Sentía que debía disculparme con ellos, aunque no había hecho nada malo.

Quería que la tierra me tragase.
Miré hacía la ventana viendo el sol radiar tan fuerte, como sí no hubiera un mañana.
¿por qué brillaba tanto? Hacía que mis ojos duelan. Cerré la ventana con la cortina que allí había.

Poco a poco mis ojos se fueron cerrando hasta quedar completamente dormido.

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Me levanté tan asustado, me paré rápidamente del asiento. Estaba desorientado, ¿llegaba tarde a algún lugar?

No lo creía, mi mente volvió a su estado natural al ver que aún seguía en el colectivo.
Pero..

Pero, pero no había nadie.

Me dí cuenta que ya habían bajado, no podía ser.
Nadie ni siquiera me despertó, de seguro yo les daba tanto asco como yo me lo daba a mí.

Salí corriendo con mi mochila en mano, seguía tan dormido.

Algo se interpuso en mi camino haciéndome caer en la mitad del colectivo, levanté mi cabeza viendo a Heeseung allí.

– p-pensé.. pensé que no había nadie.

Dije rápidamente y escuché una tensa respiración detrás mío.

– ya, ya. Ya despertó, vamos - Jay se levantó de su asiento y yo los miré con espanto.

¿Estaban ahí?
¿Por qué?

Se supone que todos habían bajado ya, eso creía antes de caer en el frío piso del colectivo.

🀄﹟ℑ𝗻𝘀𝗵𝗮𝗹𝗹𝗮𝗵 [ Sunoo and Heeseung ]  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora