27 de agosto

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~*Vampiros*~

¿Hace cuánto había estado acechando a ese hermoso joven de cabellos rubios?

Kirishima, en sus 200 años de vida nunca había quedado tan prendado de una persona como lo ha hecho con ese muchacho que está durmiendo tan tranquilamente en su mullida cama.

Lo observa desde la ventana, es verdaderamente encantador, con su respiración suave y tranquila.

Y ese blanco cuello.

¡Cuánto daría por probar ese delicioso cuello, marcarlo y hacerlo suyo como la bestia sedienta de sangre que es!

Pero de Bakugou Katsuki no deseaba su sangre, eso significaría matarlo, morderlo era asesinarlo.

No podía asesinar tremendo ser humano.

De Bakugou deseaba algo más dulce.

Dejó el ramo de rosas blancas en su balcón y alzando sus negras alas alzó el vuelo, no sin antes despedirse de su humano favorito.

- Adiós, Bakugou. Pronto podremos estar juntos.

Bakugou como todas las mañanas, recoge el ramo dejado en su balcón, olfatea las flores con gusto, la primera vez se sorprendió por esto, pero con el tiempo, casi es parte de su rutina levantarse e ir a recoger las rosas. Las pone en agua y hasta entonces empieza con su mañana.

A la siguiente noche, Bakugou observó claramente la silueta de algo que aterrizó en su balcón, se hizo el dormido, pero habló.

- No sé quién diablos seas, pero ya deja de dejar esas jodidas rosas en anonimato.

El rubio podría haber jurado que vio un par de ojos rojos brillar tras el vidrio, sin embargo, se acercó y finalmente abrió aquella gran ventana, el hombre frente a él, o más bien el ser, pues tenía sus alas desplegadas, sostenía en sus manos el ramo de rosas blancas.

- ¿Eres un vampiro?

Bakugou, antes de verlo aterrorizado, lo vio con curiosidad.

- ¿Cuál es tu nombre, señor vampiro?

El ramo fue dejado en los brazos de Katsuki mientras el hombre le sonreía mostrando sus enormes colmillos, le sonrió con timidez hasta cierto punto, y solo pudo responder con su nombre directamente.

- Kirishima Eijirou.

- ¿Vas a tomar mi sangre?

- No me atrevería.

Bakugou sonrió orgullosamente y volvió a entrar a su habitación.

- La próxima vez que vengas asegúrate de despertarme, te saludaré apropiadamente.

Le cerró la ventana en la cara y fue directamente a su cama, el vampiro sonrió ampliamente y emocionado para luego saltar del balcón volando feliz.

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Gracias por leer 🌸💙

KIRIBAKU MONTHDonde viven las historias. Descúbrelo ahora