-No me lo puedo creer-yo me sonrojé y él empezó a reír débilmente
-Mira que hay gente en esta fiesta y mi copa ha tenido que ir a parar a tu camisa.
-Será el destino- me contestó sonriendo aun.
Mientras esto sucedía yo seguía presionando una servilleta de papel sobre su pecho para empapar lo máximo de la copa y él tenía su mano sobre la mía. Cuando fui consciente de esto me aparté enseguida.
-Por favor acompáñame al lavabo y déjame intentar limpiar la camisa.
-Raquel no pasa nada, es de noche, hace calor, en nada se habrá secado.
-Si pero las manchas de las fresas son difíciles de quitar una vez secas.
-Bueno si insistes, mi hermano y Silene me esperan mejor vamos cuanto antes.
Me siguió hasta el baño de mujeres, gracias a que era individual no tuvimos que preocuparnos por que hubiera más gente dentro. Cerré con cerrojo y cuando me di la vuelta él ya se había desabrochado la camisa y se la estaba retirando por los hombros.
Lo miré fijamente y mis ojos no pudieron hacer más que seguir el movimiento de sus brazos hasta descubrir que tras esas camisas sosas y trajes grises se encontraba un cuerpo trabajado, no en exceso pero que llamaría la atención de cualquier mujer, incluso la mía.
Cuando alargó el brazo dándome la camisa yo me giré de espaldas a él, dirección al lavabo y el espejo y abrí el grifo para poco a poco ir mojando con agua fría la zona donde estaban las manchas de las fresas y frotar con un poco de jabón de manos. Levanté la vista para encontrarlo mirándome a través del espejo.
Tenia que admitirlo, esa noche estaba muy guapo, no llevaba el pelo repeinado sino algo mas rebelde y vestía unos pantalones chinos negros que le quedaban como un guante, sobre todo en ese momento que no llevaba la camisa puesta.
Cuando fui consciente de la dirección de mis pensamientos volví a concentrarme en sacar las manchas y enjuagar el jabón.
-Raquel- no contesté- Raquel, que no hace falta que le saques brillo, además no iba a tardar en irme a casa
-Ya termino, déjame quitarle la mayor parte de humedad en el secador de manos y ya te dejo libre.
En cinco minutos estaba de nuevo frente a él mirando como abrochaba los botones con una agilidad asombrosa, ojalá me hubiera dejado abrocharlos a mi. Había bebido demasiado, no entendía el camino que tomaban mis pensamientos
-Te recomiendo que no los abroches todos, si la dejas un poco abierta se notara menos las arrugas y se terminara de secar antes.
-¿Cómo?-se quedó con sus dedos sujetando el último botón y me miró fijamente.
-¿Me dejas?-pregunté
-Si claro- Me acerque a él y sujeté el cuello de la camisa abriéndolo y desabrochado dos botones más, quedando así tres abiertos en total y una vista del inicio del pecho donde asomaba una ligera capa de vello.
Salimos del baño y una cola de 5 mujeres se nos quedó mirando sospechosamente, supongo que por vernos salir juntos y por haber estado tanto tiempo dentro. Sentía su mirada fija en mi espalda prácticamente desnuda y un escalofrío me llegó a la nuca, cuando pasamos cerca de la barra frené en seco y me gire hacia el.
-Déjame que te invite a una copa para recompensarte por favor.
-Bueno, me parece bien, pero tómate tú otra y brindemos por todo lo que viene en estos próximos meses.
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The secret letter
FanfictionUn sobre rojo sin remitente y con el nombre de "Raquel" escrito en una caligrafía perfecta llega al buzón de la casa de la familia Vicuña Murillo para cambiar completamente la vida deRaquel Murillo. Una historia llena de valor, miedo, mentiras, s...