Entramos en la habitación sin separar nuestros labios después de casi caernos al bajar los escalones desde la cubierta. Lo que en principio podía haber sido un beso íntimo, inocente y cómplice fue evolucionando hasta juntar nuestras lenguas. Su chaqueta se había quedado en el sofá de arriba junto a mis tacones. Se quitó los zapatos empujándolos por el talón y yo llevé una de mis manos a la hebilla de su cinturón cuando él puso su mano sobre la mía y se separó de mis labios.
-¿Qué pasa?- le pregunté desorientada.
-Raquel, no quiero que pienses que solo quiero acostarme contigo- Apartó su rostro hacia otro lado y con las dos manos se lo sujeté, cuando me volvió a mirar vi angustia en su mirada.
-No lo pienso, porque yo quiero hacerlo. -Mi mirada reflejaba toda la sinceridad y decisión.
-Pero yo quiero cumplir lo que acabamos de hablar, quiero que nos conozcamos un poco mejor, que nos disfrutemos y que cuando nos acostemos sea especial.
-Eres un romántico empedernido-respondí riendo.
Se inclinó hacia mi boca, su nariz y la mía se acariciaron. No terminaba de besarme y estaba como pidiendo permiso. Finalmente fui yo quien pegue mi boca a la suya con anhelo
y el correspondió mientras ponía una de sus manos en mi nuca agarrándome el pelo y apartándolo para llevar sus labios a mi cuello. Quería todo con él, me estaba volviendo loca y hacía tanto tiempo que no tenía un verdadero orgasmo que tuve miedo de no poder disfrutar con él.
-Sergio-suplique susurrando
-Shh - me mandó a callar en un susurro.
-Por favor- pedí en una súplica casi insonora..
Habló pero no lo escuche. Supongo que el nivel de intensidad del momento no me dejo oírle. Sentí una especie de súplica en sus labios por resistir pero que no llegó a producir sonido alguno al volver a unir nuestras bocas. Sentí como su otra mano subía por mi espalda hasta los pequeños botones del top y con una destreza increíble empezó a desabrocharlos y yo llevé mis manos a su camisa haciendo lo mismo. Cuando retiraba por sus hombros la camisa me recreé y acaricie sus brazos mientras se la quitaba, cayendo ambas prendas a la vez al suelo.
Me apretó contra su cuerpo y sentí un escalofrío cuando nuestros pechos desnudos se tocaron. Sujetó mi cara con sus dos manos y me miró con los ojos completamente oscuros. Me mordió el labio inferior tirando de él, volviéndonos a besar. El sexo sintiéndose en la punta de nuestras lenguas. La esperanza llenando nuestro pecho con ilusión por lo que estábamos viviendo. Volvió a separarse mirándome.
-No quiero que pienses, solo disfrutemos y lleguemos hasta donde nos sintamos cómodos.
En ese momento me di cuenta de que hacía tanto tiempo que él iba a hacer este momento tan especial como ambos lo deseábamos, porque me iba a cuidar, llevaba haciéndolo desde que me envió aquella carta roja..
-Vayamos lento por favor- le respondí mirándolo a los ojos.
Cambiamos el ritmo por uno más tranquilo, disfrutándonos, recreándonos en nuestras caricias. Nos desnudamos despacio, sin prisa. En un momento estábamos tumbados en la cama, él sujetaba su peso sobre mí con sus antebrazos y nos miramos, desnudos excepto por nuestra ropa interior.
-Raquel, ¿de verdad quieres hacer esto?-Sabía que no preguntaba por dudas si no porque no quería que yo me arrepintiera.
-Lo único que sé es que el placer que me da tenerte así hacía muchísimo tiempo que no lo sentía ,Sergio estoy lista para que nos conozcamos y vayamos explorando lo qué nos espera.-concluí sonriendo.
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The secret letter
FanfictionUn sobre rojo sin remitente y con el nombre de "Raquel" escrito en una caligrafía perfecta llega al buzón de la casa de la familia Vicuña Murillo para cambiar completamente la vida deRaquel Murillo. Una historia llena de valor, miedo, mentiras, s...