SUGAR CANDY | YOONMIN [+18]

🍬C A P Í T U L O 1🍬

🎈Advertencia: Esta historia contiene lenguaje fuerte, excenas de extrema violencia y contenido sexual completamente explícito no apto para menores. Aquí se tocarán temas como la obsesión, enfermedades mentales y asesinatos. No está escrita para un público menor ni personas sensibles. Si no te gusta o no aceptas este tipo de relaciones, por favor retírate.

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Desde ya, disfruten de la lectura.

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Los periódicos lo llamaron «El hombre de los dulces», a pesar de lo cliché y poco original que sonaba. Hacía dos años, había sido Park JiMin, propietario de Confitería Chimmy fuera del mercado de agricultores local. Vendía caramelos duros hechos a mano, chocolates, batidos de leche y todo tipo de otros dulces. Encantó a los clientes con su personalidad brillante y decía que los dulces lo mejoraban todo.

Suga se enteró de que su tienda vendía lo que JiMin llamaba «Dulces delicias». Caramelos duros multicolores dentro de una caja de plástico acrílico, eran el producto más popular de la tienda. Especialmente para Halloween. Pequeños caramelos duros y gomosos con forma de linternas, fantasmas, brujas y arañas venían en cajas de varios tamaños y temas. La gente podría pedir los especiales con anticipación o comprarlos en la tienda. La policía dijo que así fue como JiMin encontró a sus víctimas.

Jung TaeHo ordenó la «Explosión de Bombón» para su esposa.

Bae JonHyun le compró a su mejor amiga la «Cajita de Frutilla» como parte de un regalo de cumpleaños.

Kim MinGyu compró la «Delícia Monstruosa» como un especial para la fiesta de Halloween de su hija adolescente.

Gente normal. Compras normales. JiMin envenenó a docenas y docenas de personas con sus dulces especiales. La policía intentó encontrar alguna razón para ello. Nada conectaba a las víctimas más allá de sus compras en su tienda. Supusieron razones económicas, políticas o religiosas, pero JiMin se burló de todas ellas.

Suga supo por qué JiMin lo hizo una vez que leyó el archivo: la emoción. Es la emoción de saber un secreto y no contárselo a nadie. Se imaginó a JiMin, sonriendo con su delantal amarillo, viendo como un cliente desprevenido caminaba con otra delicia monstruosa o la explosión de bombón. Veía a la gente comerlos en la tienda y esperar. ¿Se enfermarían? ¿Morirían? Los caramelos tenían distintos grados de toxicidad, si es que el lote tenía algún veneno. No se trataba de matar o morir para él. Se trataba de suerte y destino.