FGP.

Capítulo 7

Padre aún estaba en la cama cuando finalmente entré. Él estaba recostado justo como lo deje, estaba despierto y solo levantó la mirada cuando se percató de que yo había entrado por la puerta.

"¿Sucedió algo?" Me pregunto mientras me quitaba el abrigo y lo dejaba colgado sobre el respaldo de la silla. "Luces un poco..."

Me saque las botas y avance a donde estaba, me senté en el borde de la cama, Padre tocó mi rostro con la mano que no tenía herida.

"Te ves tan mal.. justo como yo me siento." Me dijo. "y estás helado."

"¿Puedo meterme en la cama contigo?" Le pregunté.

"Nunca preguntaste antes..."

"¿Puedo hacerlo?"

Padre me dedicó un ligero asentimiento, entonces subí a la cama con él; Lo sentí temblar y como su cuerpo absorbía el frío del mio. Pero no se quejo, me acurruque contra él mientras la manta nos cubría, por un largo tiempo no hablamos. Pasó alrededor de una hora antes de que le contara lo que había aprendido en el día.

Le conté sobre la conversación que tuve con la enfermera sobre su condición, la llamada de mi compañero de patrulla y también sobre la llamada a Conners. Le conté sobre el cianuro que tenía conmigo desde hace tiempo. — El frasco estaba en el bolsillo de mi chaqueta que se encontraba en respaldo de la silla a solo unos pasos de nosotros. Después de terminar no hubo cambio alguno en Uriel, estaba perfectamente calmado... No se veía afectado por nada de lo que yo había dicho.

"Así que planeaste este final incluso antes de tenerme contigo aquí."

"No" Le dije. "Era solo una salida...no un final."

"¿y ahora? ¿Es un final?"

"¿Tienes miedo?"

"Creo que dejé de tener miedo hace dos días." me confesó. "Es mucho más fácil aceptar las cosas como son."

"¿y cómo son las cosas?"

Padre puso una mano sobre mi cabeza acariciando mi cabello. Había una sonrisa triste en su rostro. "Philip me tuvo durante 22 años de su vida..." empezó. "Ahora supongo que el resto de ella es tuyo."

Finalmente me levanté mientras Uriel me veía poner agua embotellada en un vaso de vidrio. Su comportamiento no cambió ni siquiera cuando puse unas gotas de cianuro en el vaso, las mismas se dispersaron mezclandose con el agua. Lágrimas rebeldes abandonaron mis ojos mientras lo preparaba.

"Esto nos dará un par de horas." Le dije caminando hasta él con el vaso en la mano el cual le tendí.

Padre miró el agua, seguía inexpresivo, sujetó el vaso y solo cuando lo tuvo entre sus manos me pude dar cuenta de que estaba temblando. parte del agua se derramó.

"¿Esto te hará sentir completo?" me preguntó.

Me limpie las lágrimas con la palma de la mano. "No." Le respondí.

él miró el agua fijamente. "Así que te vas a conformar conmigo porque no eres capaz de amar a nadie más."

"Si ellos nos encuentran... No podremos estar juntos de nuevo." Le explique. "Yo no seré capaz de soportar el hecho de que te aparten de mi lado."

Hubo un periodo de silencio, de la clase de silencio que es tangible, de la clase de silencio que se vuelve la culminación de lo que éramos, en lo que me había convertido.