Capítulo 1

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USA visita a México solo para molestarlo, México trata de ignorarlo, pero USA sigue molestándolo. Por lo común México le gritaría insultos, pero esta vez era diferente, y eso le extrañaba a USA ya que no era algo normal en él. Le toca el hombre exigiéndole una explicación a lo que México escupe un poco de sangre. USA ve la sangre y presiente que algo malo está pasando.

—¿¡Acaso esto es sangre!? ¡Dime por favor que solo es salsa roja! — exclama USA sacudiéndolo con nerviosismo.

—¿Cómo va a ser salsa roja, idiota? — le dice México para luego volver a escupir sangre.

—¿¡Qué te está pasando!? — pregunta USA.

—Eso no te importa, acabo que para ti soy solo un país retrasado— responde México para luego caer de rodillas al suelo. USA intenta ayudarlo, pero México lo aleja con rabia —¡No te atrevas a tocarme!

—¡Tan solo dime lo que te sucede! — exclama USA.

—¡Esto no es asunto tuyo! — exclama México escupiendo más sangre para luego caer inconsciente.

USA queda en shock, intenta despertarlo llamándolo por su nombre, pero él no responde. Lo carga en sus brazos para intentar llevárselo a un hospital, pero es detenido por Colombia quien lo amenaza con un rifle. Ambos se miran a los ojos con el ceño fruncido.

—Debes estar mal de la cabeza como para atreverte a apuntarme con un arma— señala USA.

—El único que esta mal es México— señala Colombia.

—Por eso voy a llevarlo a un hospital— dijo USA.

—Aquí la pregunta es, ¿A cuál hospital lo llevaras, al suyo o al de tu tierra? — le pregunta Colombia. USA no responde— Yo te recomiendo que no lo saques de su territorio.

—¿Por qué debería hacerte caso? — pregunta USA

—Porque si lo sacas del territorio, podrías dar inicio a la tercera guerra mundial— responde Colombia. USA le duda— Si lo llevas a un hospital mexicano, prometo decirte lo que esta pasando.

USA obedece. Una vez en el hospital, USA exige explicaciones.

—Muy bien, hice lo que me pediste. Ahora dime lo que sucede— dijo USA de brazos cruzados y con una mirada fulminante.

—La cosa es que alguien atacó a México— dijo Colombia lo que sorprendió a USA.

—¿¡Qué!? ¿¡Quién lo atacó!? — exclama USA.

—No lo sé, él no me quiso decir— responde Colombia.

—¿Cómo sabes eso? — pregunta USA— Se supone que yo soy el primero en enterarme de todo, pero descubrir que tú te enteraste primero me es un golpe bajo.

—Oye, deja a un lado tu orgullo y déjame hablar— le regaña Colombia— Yo estaba con mi rutina normal hasta que llegó México a mi casa y me dijo que un país lo estaba atacando. Al principio pensé que hablaba de ti, pero tras verlo herido comprendí que era algo grave.

—¿Por qué pensarías que fui yo el causante de esto? — le pregunta USA a lo que Colombia lo mira con el ceño fruncido— Mejor continua con la historia.

—Él me pidió que lo apoyara cuidando el lado sur de su territorio ya que no quería que el enemigo fuera tras los demás países latinos una vez que acabara con él— explica Colombia.

—¿Qué protegieras solo el lado sur?

—Sí, intenté ayudarlo en el combate, pero él me dijo que solo estuviera por esa zona y no me entrometiera más— responde Colombia.

—¿Por qué te pidió ayuda a ti? — pregunta USA.

—Porque Colombia había hecho la promesa de ayudar a México cuando estuviese en problemas— dijo Chile quien iba llegando.

—¿Acaso van a venir todos los países latinos? — pregunta USA.

—No, solo estamos Colombia y yo— responde Chile— Somos los únicos a los que contacto México.

—¿Por qué solo a ustedes? — pregunta USA.

—Porque somos los únicos capacitados para ayudarlo— responde Colombia— Le debemos mucho a México.

—Él no quiere preocupar a los demás— expresa Chile.

—Además, fue por petición de México el que solo participáramos Chile y yo— dijo Colombia.

—¡Esto es una estupidez! ¿¡Que acaso él cree que no puedo protegerlo!? — exclama USA muy enfadado.

—México nos pidió que bajo ningún motivo te enteraras tú— afirma Colombia.

—Pues ya estoy al tanto de todo gracias a ti. Quien sea el culpable de su ataque, cualquiera que se meta con México se las verá conmigo— dijo USA para luego retirarse a regañadientes.

—Ahí va de nuevo, metiéndose en donde no le importa— señala Colombia.

—¿Crees que él sea el país que atacó a México? — pregunta Chile.

—A como reaccionó, dudo que sea el culpable, pero no confío en él— dijo Colombia— Parece que necesitaremos de más ayuda.

—Pero México dijo....

—México dijo que bajo ninguna circunstancia debía enterarse USA, y en caso de que se enterara debíamos contactar a ellos cuanto antes— aclara Colombia.

Chile asiente con la cabeza y sale para hacer una llamada. Colombia se asoma al cuarto de México para verlo en una camilla prometiéndole atrapar al culpable.

Recuerdos AgridulcesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora