Capítulo 7

170 19 1
                                    


México duerme profundamente mientras Invasor lo mantiene vigilado de cerca pero muy cerca que hasta México puede sentir su respiración. El celular comienza a vibrar, es Rusia quien le esta llamando. Invasor agarra el celular para cancelar la llamada.

Rusia esta molesto porque México no responde sus llamadas. Canadá sigue sin entender porque México actuó así.

—Claramente este enemigo es muy listo— señala España.

—¿De que hablas? — pregunta Canadá.

—¿No te has dado cuenta? — le pregunta España— México es uno de los países más amistosos del mundo. Casi no tiene enemigos. La mayoría de los países no le haríamos daño a México porque le tenemos cariño.

—Y eso incluye a Rusia— señala USA.

—¿Disculpa? — pregunta Rusia con tono amenazador.

—Todo el mundo sabe que tú tienes una buena relación con México, pero una muy buena relación— le dice USA viéndolo fijamente— Dime Rusia, ¿serias capaz de dañar a México?

Rusia no responde a esa pregunta y sale de ahí.

Al día siguiente, México se encuentra fumando un cigarrillo que le ofrece Invasor. Rusia camina hacia ellos y le pide a Invasor que lo deje a solas con México. Invasor obedece y se despide con una sonrisa.

Una vez solos, Rusia no le quita la mirada de encima a México quien se rasca el cuello para mostrar una ligera sonrisa.

—Me recuerdas a él— expresa México.

—¿Hablas de mi padre? — pregunta Rusia.

—Sí, pero tú eres algo diferente— responde México.

—¿Por qué haces esto, México? — pregunta Rusia.

—Simplemente ayudó a Invasor, sabes que no puedo negar un pedido de ayuda— responde México.

—Mentira— expresa Rusia con una sonrisa— Tú siempre te negabas a formar parte de una guerra. Y solo ayudabas cuando veías que en verdad necesitaban de ayuda.

México se sonroja un poco, se rasca el cuello nerviosamente mientras Rusia le sonríe.

—Me conoces tan bien— expresa México con una sonrisa.

Rusia se acerca a él para tomarlo del brazo e intentar besarlo. Nota unos moretones en el cuello de México por lo que cambia su sonrisa a un gesto amenazador.

—¿Él te lo hizo? — pregunta Rusia.

—No es asunto tuyo— le responde México.

Rusia le da un puñetazo haciéndolo caer de rodillas. México se pone una mano en su boca dándose cuenta que esta sangrando. Rusia le apunta con una pistola en la frente.

—Me vas a odiar por esto— dijo Rusia.

—¿En serio serias capaz de matarme? — pregunta México con decepción.

—Soy Rusia, no puedo mostrar debilidad, y menos ante ti— responde Rusia— No dudaría en matarme.

—Ya veo, con que es así— expresa México agarrando con calma la pistola para acercarla más y sonreírle— Entonces hazlo— eso sorprende a Rusia— Hazlo, mátame.

Rusia no se atreve a jalar del gatillo, ya que, aunque México es malo, en su mente se le vienen esos recuerdos alegres. Un México alegre y amistoso.

—Soy el único que te comprende. No puedes matarme, Rusia— expresa México con una sonrisa burlona.

Aunque parecía burlarse, su voz no sonaba como alegría, sino como la de alguien que esta sufriendo.

—Dispárame de una vez— le ordena México— Pero si lo haces, no vivirás mucho tiempo.

México señala con el dedo a Invasor quien era testigo de todo. Rusia baja el arma y se retira sin mirar atrás. México se toca el estomago para escupir más sangre. Invasor se acerca a él. México esta llorando a lo que Invasor lo toma el cuello para "ayudarlo".

Recuerdos AgridulcesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora