Capítulo 21

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Tras haber pasado dos horas. ONU les cuenta por lo que esta pasando México en estos momentos. Los demás países quieren ayudar, pero ONU les pide ser pacientes, sin embargo, le da permiso a Rusia.

—¿En serio? — pregunta Rusia sin poder creérselo.

—México quiere hablar contigo— responde ONU.

Los demás países no dan ninguna objeción, en especial USA que solo ignora lo que esta pasando. Rusia entra a la habitación de México. Al entrar ve a México viendo un florero, él se percata de Rusia y camina lentamente hacia él. Ambos están nerviosos de como va reaccionar el otro. No saben que decirse.

Rusia ve el brazo enyesado de México, lo que le hace sentir más lástima. México esta nervioso, no se atreve a verlo a los ojos. Hay un silencio incomodo. Están parados frente al otro sin decirse ninguna palabra.

—Perdón...—se dijeron los dos al mismo tiempo.

—¿Por qué te disculpas? Yo sol el culpable— dijo México.

—No es así, estabas siendo controlado por Invasor— dijo Rusia.

—Sí, pero te lastimé. Merecía ese golpe tuyo— expresa México.

—Lamento haberte golpeado...

—Está bien, es bueno saber que no dudarías en atacarme— expresa México soltando unas cuantas lágrimas— Después de todo, es cuestión de supervivencia.

—No digas eso, tú eres especial— aclara Rusia— Cuando estuviste bajo su control, dudabas en atacarme— México se queda sin palabras— ¿Por qué no me atacaste? Pudiste haberme manipulado, pero no lo hiciste.

—Eso es porque, tanto como tú y URSS, nunca fueron malos conmigo— responde México— Además, yo te amo. De todos los países, eres el único del que no tengo malos recuerdos.

Rusia se sonroja de escuchar eso, lo abraza para luego susurrarle al oído.

—Sé lo que te hicieron Alemania y USA en el pasado— le susurra Rusia— No tienes que seguir escondiéndolo.

México llora en sus brazos. Rusia lo abraza para luego pedirle que tomen asiento para conversar. Ambos comienzan a recordar sobre la primera vez que lo hicieron.

Fue hace años, donde Rusia le había confesado sus sentimientos a México. Al principio México se mostraba un poco incomodo ya que siempre los romances que tenía no funcionaban, también porque a veces él sentía que estaba saliendo con URSS.

Los otros países no los juzgaron. Ellos ya sospechaban de lo cercanos que eran México y Rusia por lo que ya era hora que se hicieran pareja. El único que estaba inconforme era USA, pero su opinión no era tomada en cuenta.

México no estaba seguro de que su relación con Rusia fuera algo serio, él no quería encariñarse tanto con él porque no quería volver a sentirse abandonado, pues aun recordaba la muerte de URSS.

Aunque Rusia era alguien frío, se mostraba más amable con México, lo protegía de cualquier cosa. Poco a poco México se fue encariñando de Rusia. A pesar de que Rusia era muy alto, México no mostraba tenerle miedo.

Fue hasta que una noche, Rusia le pidió a México que fuera su primera vez. México parecía confundido, pero luego captó que Rusia aun era virgen. Todos los países sabían que México no era virgen por lo que él estaba sorprendido de que Rusia saliera con él.

Ambos se van a una habitación, México y Rusia se besaban apasionadamente. Dejan de besarse para seguir con las caricias. Por unos segundos México pareció ver a URSS por lo que se aleja. Rusia se deprime.

—Sigues comparándome con mi padre, ¿verdad? — le pregunta Rusia.

—Perdona, no puedo evitarlo— expresa México.

—Dime México, ¿con quien estas saliendo? — pregunta Rusia confundiendo a su pareja— Cuando me besas, ¿me ves a mí o a URSS?

México se queda callado. Sabe que URSS y Rusia son diferentes. URSS era más temible, pero él lo trataba bien. Mientras que Rusia era alguien amable y cariñoso con él. Por lo que se muestra incomodo con la situación. Rusia suspira.

—Si no quieres hacerlo, lo aceptare— expresa Rusia.

Escuchar eso le sorprendió a México, era la primera vez en años que alguien consideraba su opinión sobre el sexo. Estaba acostumbrado a que los demás países no dudaran en hacerlo, por lo que escuchar eso de Rusia, provoco que se enamorara más de él.

México lo besa en los labios para luego desvestirse. Le dirige una mirada seductora para que no se detenga. Rusia estaba algo nervioso, era su primera vez y no quería arruinarlo. México lo sabía por lo que le ayuda un poco dándole consejos.

De vuelta al presente, México duerme recargado sobre el hombro de Rusia quien le da consuelo.

Recuerdos AgridulcesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora