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Las calles de Seúl eran rociadas por finas gotas que caían de lo más alto desde su lugar de origen, aquellas nubes grises que ocupaban todo el panorama que se tenía del cielo, el cual se convirtió del mismo color que aquellas nubes.

Era gris.

Las diminutas gotas iban cayendo a más velocidad con forme pasaban los segundos, infinidades de charcos se hacían en la calle, lo baches de la misma se llenaban de aquel líquido, convirtiéndose prontamente en aguas turbias gracias a la suciedad que había en aquellos, no tan profundos, agujeros.

Niños con botas que les llegaban hasta la mitad de las pantorrillas portando un impermeable para no mojarse y así no arruinar su uniforme, saltaban felices sobre aquellos charcos mientras iban en dirección hacia el colegio. Excepto Jungkook.

Un trueno sonó, causando un estruendoso sonido que posiblemente se escuchó hasta los rincones más recónditos de toda corea. Kook sostuvo su taza llena de aromatica con miel y jengibre, la cual estaba recién preparada.

Sentía su nariz totalmente rojiza y congestionada, lo cual no le permitía hablar de otra forma que no sea gangosa, los escalofríos iban y venían por su cuerpo, su temperatura cambiaba constantemente. Lo bueno es que no ha pasado los treinta y nueve grados, si no ya hubiera comenzado a presenciar delirios. Tenía fiebre alta, sí, pero al menos no había pasado a mayores.

Tosió sintiendo su garganta arder un poco para después soltar un estornudo. La puerta de su cuarto yo tardó en abrirse.

ㅡ ¿Todo bien, corazón? ¿Necesitas algo más? ¿Quieres que tome tu temperatura otra vez? ¿Como te sientes, amorcito?ㅡ Preguntó su madre bastante preocupada.

Aquella gripe era la más alta que le había dado después de tres años. La mujer tenía miedo que se pudiera presentar otra vez aquella gripa que le dio cuando apenas tenía cinco años. Aquellos días hace tres años, se podrían considerar (con las palabras de la señora Jeon) una época de suplicio para el más pequeño de la familia.

ㅡ E-estoy bien, maㅡ soltó otro estornudoㅡ. P-pero debo ir al colegioㅡ dejo la taza a un lado sobre la mesita de noche que se encontraba al lado izquierdo de su cama. Quitó las cobijas de encima de su anatomía, cosa de la cual se arrepintió al momento en sentir como el aire frío le colaba hasta los huesos.

Se estremeció un poco y un escalofrío paso por todo su cuerpo, confiado en que sería capaz de levantarse e ir al baño sin morir de hipotermia en el corto trayecto, se levantó y puso sus pies descalzos en el suelo, cuando lo hizo, inmediatamente se volvió a subir a su cama y aroparse con las cobijas. No tenía fuerzas para nada.

Se sintió triste cuando no pudo siquiera dar un paso. Dentro de su pequeña cabeza había una vosecita que le decía que sin importar si hacia frío o calor, fuera al baño, cepillara sus dientes, tomara un baño, se pusiera su uniforme y saliera directamente para el colegio.

¿Por qué tanta insistencia en ir al colegio sin importarle el estado deplorable en el que se encontraba? La razón tiene nombre.

Es más que claro que kook no quería dejar pasar mi un solo día sin ver al pequeño castañito, suficiente tenía con los fines de semanas sin poder verlo y, como era viernes, no aguantaría tres días seguidos, la inquietud por saber si estaría bien ese día lo carcomía por completo dejándolo con bastante ansiedad, haciendo que se coma las uñas por no saber lo que estaba haciendo Tae.

 𝐼𝑚𝑎𝑔𝑖𝑛𝑎𝑟𝑦 𝐹𝑟𝑖𝑒𝑛𝑑 // 𝐾𝑜𝑜𝑘𝑡𝑎𝑒 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora