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Arcane estacionó en un terreno baldío ubicado en una zona poco poblada de su ciudad. 

Tampoco quería irse muy lejos, así que era el lugar ideal. 

Lanzó al suelo una especie de cubo de metal con bordes resplandecientes, y un campo de fuerza se activó en el espacio que la rodeaba. Era lo suficientemente amplio como para que una casa de tamaño normal estuviese bien acomodada. 

Retiró sus anteojos y se frotó el rostro con las manos, frustrada con todo lo que había pasado en tan poco tiempo. 

Abrió un compartimento de su nave, y una especie de mesa retráctil salió de ella. 

Extendió las hojas que sacó del compartimiento secreto en ella, y volvió a ponerse sus lentes. 

-Venga, sé que no me falta mucho, ¿Pero qué? ¿Qué es lo que falta?- 

Presionó un botón que la mesa tenía, y un pizarrón blanco salió de abajo.

Esta sería una tarde bastante larga. 

[...]

Shun estaba preocupado. 

Sabía que su sobrina estaría bien, pero le preocupaba que los héroes encontraran algo sobre ella que terminase afectándola. 

Era su única familia, el único que le quedaba, y aún así había dudado de sus decisiones. 

Supo al instante en el que su nave salió del garaje que Arcane planeaba algo. 

La chica siempre había sido extraña, no en el mal sentido, pero era alguien fuera de lo común.

Desde que Shun la había acogido luego de que sus padres decidieran darla en adopción, las cosas habían sido fáciles dentro de todo. 

El hombre creía firmemente que la niña era hiperactiva; nunca paraba de moverse.  Si no estaba hablando sin parar de sus nuevas ideas, estaba jugando a desarmar la vieja televisión que tenía en su habitación, o estaba buscando en el basurero de la comunidad cosas para sus inventos. 

Al principio Shun había intentado limitarla, la preocupación que crecía dentro de él cada vez que Arcane aparecía con raspones o el cabello quemado, era frustrante. 

Castigarla no servía de nada, así que eventualmente dejó de hacerlo. 

Alguna vez había escuchado de alguien que detener la curiosidad de los niños era algo de lo que se arrepentiría más tarde, y ahora mismo no podía estar más de acuerdo. 

Estaba orgulloso de la mujer en la que estaba convirtiéndose su sobrina. 

Cualquier padre se enorgullecía de enseñarle a conducir a su hijo, pero él estaba sumamente satisfecho al ver a su sobrina aprender a hacerlo por su cuenta, incluso yendo más allá y construyendo su propio vehículo. 

Cuando Shun vio cómo la chica estaba subida en lo que parecía un platillo volador, casi le da un infarto. Arcane se burló de él, asegurándole que no se lastimaría con esa cosa. 

Su cabello estaba hecho un caos, tenía manchas de aceite por toda la ropa y su inmaculada bata blanca estaba llena de tierra. Esperaba que fuera tierra. 

Pero la brillante sonrisa en su rostro al mostrarle lo que había inventado fue cegadora. 

El sentimiento de saber que su sobrina había creado algo que podía surcar los cielos –aunque estuviese hecho de basura– era algo que, definitivamente, nunca olvidaría. 

Aún cuando ella estaba completamente sucia, y tenía diversas herramientas en las manos, él la abrazó. 

Sintió a Arcane retorcerse bajo sus brazos, no acostumbrada a esta clase de afecto, pero poco le importó. 

Selcouth [BNHAxOc]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora