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Los días no pasaban rápido. Pasaban lastimosamente lentos. Demasiado tranquilo, demasiado silencioso, demasiado calmado.

Su tío había faltado unos cuantos días al trabajo para ponerse al corriente, y parecía realmente satisfecho con las habilidades de defensa personal que Arcane poseía.

Había vuelto a reclamar el garaje como su suyo, aunque al principio estaba molesta por el hecho de que estuviera tan plagado de cámaras y micrófonos, se las arregló para desmantelar todos y cada uno de ellos.

No iba a desperdiciar las piezas, no.

Sabía que sería aceptada en UA, si quisieran rechazarla no hubieran sido tan insistentes.

Ese roedor era un maldito psicópata, pensó. Era más inteligente de lo que todos creían, y eso lo hacía potencialmente peligroso para ella.

Sus inventos de por sí eran más útiles que todas las herramientas de las que los héroes tanto se jactaban.

Tan solo de ver a sus creaciones, la pregunta -ahora constante- llegaba a su cabeza de nuevo.

«¿En serio debo volverme una heroína?»

No es que ayudar a los demás no le gustara. Si existía algún otro dios, sería testigo de que todo lo que hacía era por los demás.

Liv gustaba de recordárselo cada que hacía una broma mala sobre sí misma.

En serio había ocasiones en las que se olvidaba del poco sentido del humor que tenía su especie. 

O cualquier otro ser que había conocido hasta ahora, en serio. Nadie podía soportar un poco de humor negro. 

Escuchó como alguien tocó el timbre de la entrada, y con un toque al armazón de sus lentes pudo ver con claridad de quién se trataba. Un simple cartero, que dejó un sobre en el buzón de su puerta.

Arcane suspiró, arrastrando sus pies para recoger lo que fuera que le habían dejado. 

Una vez que se agachó para tomarlo, sus lentes brillaron en rojo, y si hubiera tardado un segundo más en reaccionar, probablemente su bata no la hubiera protegido de la explosión.

Tosió varias veces antes de incorporarse correctamente. 

–Maldita sea.

Debajo de la ceniza de la explosión había un pequeño dispositivo, que parecía haber sobrevivido al impacto. 

Lo recogió con el ceño fruncido, limpiándolo con la parte de abajo de su bata. 

Bufó al ver lo que tenía grabado el pequeño aparato de metal, "UA".

–Jodido roedor de mierda.

Saber que el director seguramente estaría riéndose de ella en su oficina hizo que chasqueara la lengua.

Caminó de regreso al garaje, sacudiendo su bata para quitar la ceniza. La prenda seguía igual de prístina que momentos antes de la explosión. 

Se dejó caer en su silla, lanzando el dispositivo a lo que usaba como mesa. 

Nezu apareció frente a ella. 

–Sabiendo que usted prefiere charlas que van al punto, es de mi agrado informarle, Señorita Hamasaki, que ha sido admitida en UA siendo la aspirante con el puntaje más alto de la historia de la academia.

Alzó una ceja sin estar impresionada, sabiendo que no podía verla.

–Como seguramente ya había deducido, no iba a dejarla ir incluso si sacaba el peor puntaje, pero ver cómo comparte el mismo entusiasmo que sus compañeros hace que el proceso sea algo más sencillo. 

Selcouth [BNHAxOc]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora