• Misterio •
Al día siguiente de su salida con los chicos Ene miraba las fotos de la familia que se encontró en la pared. Se dirige confundida hacia su habitación con las fotos en mano, busca una libreta y un lápiz e intenta escribir algo, pero al hacerlo nota que todo lo que escribió se ve borroso.
Intenta escribir de nuevo pero sucede lo mismo, se desespera y raya toda la hoja, lo que tampoco sirve de nada. Deja todo sobre el escritorio y se recuesta frustrada en la silla. Miró su frasco de pastillas, titubeó unos segundos para luego negar, levantarse y dejar su habitación, sin tocar el frasco. Ya no quería depender de unas estúpidas pastillas.
[...]
Eme se encuentra parado frente a su escritorio, con sus brazos cruzados y su ceño fruncido mientras mira los objetos puestos frente suyo. Su reloj y el papel con el número yacían sobre su escritorio, ambos borrosos como si él necesitara lentes para ver.
Comienza a busca algo en sus cajones, encontrando un pequeño calendario que tampoco logró distinguir. Lo coloca con las demás cosas y sigue buscando, hasta encontrar el dibujo que hizo, el cual tampoco puede ver. Deja todo en un mismo lugar y los mira extrañado. Luego de un rato se rinde y sale de su habitación.
[...]
Ene caminaba rumbo a la plaza con el rostro confundido y sumido en sus pensamientos. Por otro lado Eme se encontraba de la misma manera, yendo al encuentro de su nueva amiga. Ambos caminando distraídos hasta chocar. La peliblanca mientras frota su cabeza, hasta que levanta la mirada para ver con quién había chocado.
—¿Estás bien?.— Pregunta amablemente el castaño.
—Sí y no.– Responde la joven con algo de humor, por lo que él la miró confundido. —Si te cuento algo ¿prometes no decirme loca aunque lo esté?.—
—Claro, pero yo tampoco estoy muy bien de la mente.—Aclara el más alto provocando que ella suelte una leve risa, por lo que él forma una sonrisa.
—Antes de venir estaba viendo fotos de una familia que encontré en mi casa, una señora me dijo que eran las personas que huyeron de un asesino. Pero algo raro pasó, cuando intenté anotar algo en una libreta, ya que quería buscar sobre ellos luego, todo se veía borroso.— Él la miró levemente sorprendido mientras asentía. —Prometiste no decirme loca.— Aclaró rápidamente al ver cómo el castaño se preparaba para decir algo.
—No es eso, es que yo tampoco pude leer nada, intenté ver la hora, mirar un calendario, incluso verifiqué el número que me escribiste, y nada.— Luego de que él dijera eso se miraron durante unos segundos mientras pensaban. —¿Qué crees que sea?.—
—No lo sé.— De repente la peliblanca mira hacia todos lados.—¿Qué sucede?.— Pregunta el mayor antes de copiar sus acciones.
—Hay personas aquí.— El castaño finalmente entendió. —Cuando llegué no había nadie, sólo algunos estudiantes en la secundaria.— Explicó la joven, aún mirando a las personas que caminaban casualmente por el lugar, sin un rostro visible para los dos adolescentes.
—¿Crees que sea por la misma razón?.—La pregunta sería, ¿cuál es la razón?.
—¿Quieres investigar sobre esto?.— Ofrece Eme, así podrán sacarse todas las dudas y de paso podría conocer mejor a esa misteriosa chica. Cruzan miradas nuevamente, por lo que ella asintió.
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Our Reality
RomancePara cada persona que aún aprende a lidiar con su pasado. Para cada persona que aún enfrenta una gran pérdida. Para cada persona que aún busca la felicidad. Para todos aquellos que buscan el amor incondicional. Este libro es para todos ustedes.