Capítulo 10

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Misión

-¿Me escuchas, bebé?.- Preguntó el castaño en un susurro lo suficientemente fuerte como para que la menor lo escuchara a través del micrófono.

Ene se encontraba en un tubo de ventilación, con su cabello recogido en una coleta alta, una mochila, ropa verde militar un poco ajustada para que no le molestara en su trabajo y con un audífono en su oído. Al escuchar el apodo que su pareja usó inmediatamente su rostro se calentó y todos sus nervios fueron reemplazados por una enorme sonrisa.

-Sí, cariño.- Le confirma la peliblanca mientras se sigue arrastrándo con sus codos.

En su mente se encuentra el camino que tenía que recorrer para llegar a su destino, izquierda, izquierda, derecha, continua, aquí!. Piensa la menor hasta encontrar una rejilla.

-¿Estás bien?.- Vuelve a hablar el joven, esta vez preocupado al no escuchar nada.

Él se encontraba sentado en el suelo de un callejón al lado de una rejilla cerrada por donde la menor había entrado, asegurándose de que nadie viniera allí y la viera entrar o salir. Intentaba actuar casual a pesar de lo nervioso que estaba, su pierna no paraba de moverse a causa del tick en su pie, él seguía en desacuerdo con dejar que Ene fuera directamente al peligro, pero ya era tarde para quejarse.

-Por ahora sí, encontré la oficina.- Dijo mientras miraba por la rejilla vigilando la habitación para asegurarse de que no hubiera nadie y tuviera el camino libre.

-Ve por ello, linda.

[...]

Un día antes

-¿Ya lo encontraste?.- Le pregunta neutral, casi se había olvidado por completo de las fotos a pesar de que habían pasado sólo algunas horas desde que las miró, pero se estaba sintiendo tan bien que no había prestado atención a eso.

-¿A quién?.- Eme la miró confundido, ella desvía la mirada rápidamente hacia la carpeta y luego vuelve a ver al castaño mientras la señala, quien sólo le responde con una negación.

-Ese archivo es de las personas que aún viven aquí, por eso estaba yo.- Aclara el mayor mientras junta su mano con la de la castaña en un cálido tacto.

-Claro... él se fue y nunca regresó.- Piensa en voz alta mientras entrelaza los dedos con del más alto.

-Exacto.- Tocó la nariz contraria con su dedo tiernamente -Tenemos que ir por el archivo de las personas que vivían aquí.- Sonrió enternecido al ver el lindo sonrojo de su novia ante sus acciones.

-Tendremos que ir de nuevo a la comisaría.- Ene no quería ir en ese momento, sólo quería disfrutar de lo que restaba del día junto con su pareja, estar tranquila, dar y recibir muchos mimos y palabras cariñosas. Aún así no podía evitar recordar que esa fue la razón principal por la que comenzaron a juntarse los dos y se le hacía interesante de todos modos.

-Sí, pero están apareciendo las personas y la mayoría ya me conocen.- El joven no es que no quisiera arriesgarse, es que no quería que la menor se metiera en problemas.

Después de todo era la policía e ir directo allí a robar sería meterce en la boca del lobo, prefería consentirla y darle todo el amor que merecía, pasar la tarde haciendo absolutamente nada más que estar juntos. El sentimiento de comodidad y amor era más grande que el deseo de venganza sin duda.

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