Capítulo 15

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• ¿Eres real? •

Ambos se apresuraron para hundirse en un fuerte abrazo, no podían creer que existieran y se hubieran encontrado nuevamente.

Ene envolvió la cintura de la menor antes de que ella sostuviera su rostro mirándolo completamente para confirmar que realmente fuera él y no otro sueño.

—¿En serio eres tú, cariño?.— Preguntó sonriendo neeviosa.

—Sí.— Contestó el castaño junto con una risa aliviada.

—¿No es un sueño?.

—No, claro que no, linda.— Besa la frente de la menor sintiendo como todo su cuerpo se relajaba.

Al fin estaban juntos de nuevo y no tenían que preocuparse de nada, la peliblanca elevó la mirada para poder unir sus labios en un ansiado beso, sintiendo el calor y tranquilidad que el otro les trasmitía.

Con la felicidad del momento habían olvidado que se encontraban en un salón y que todos los alumnos habían contemplado el cariñoso momento, por lo que comenzaron a murmurar mientras los miraban disimuladamente. Claramente no les importó para nada, simplemente se concentraron en el movimiento de los labios contrarios hasta separarse.

—Entonces... ¿este es nuestro primer beso?.— Susurró algo sonrojado el más alto.

—Sí.— Sonrió susurrando de igual forma.

—¿Y esta es la primera vez que nos vemos?.

—Sí, cariño.

—¿Piensas que vamos muy rápido? o así está bien para ti.— Bromea el mayor volviendo a reír esta vez acompañado por su novia. Vuelven a acercar sus rostros para seguir con su sesión de besos.

—Amigo, ¿quién es ella?.— Interrumpe August totalmente confundido.

—¿No la recuerdan, chicos?.— Pregunta el castaño sin pensar antes.

—No, nunca nos hablaste de ella.— Dirige su mirada a la menor para confirmar si la conocía, pero fue en vano.

Eme la mira mientras ella niega, no importaba que tan raro fuera, ellos eran los únicos que habían vivido cada detalle de su sueño.

—Chicos, ella es mi novia.— La precenta con una sonrisa, saliendo con mucho pesar de aquel cálido abrazo para que los chicos pudieran saludarla.

—Ene.— Termina por decir la menor, agitando su mano con tranquilidad en forma de saludo.

—¿Ene?.— Pregunta el pecoso, en ese momento la pareja tuvo una leve esperanza de que recordara algo, pero su rostro extrañado hizo que sus esperanzas se esfumaran.

—Con sólo escuchar su nombre se nota que son el uno para el otro.— Habló esta vez Sebástian.

—¿Cómo es que no la conocíamos si es tu novia?.— Al más alto no le cerraban los cálculos, el castaño jamás había hablado de alguna chica y de repente aparece con una novia mientras se besan en medio del salón.

—Pues nosotros...— Intenta hablar la peliblanca.

—Todos siéntense.— Intereumpe la profesora marcando su presencia en la clase.

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