ᵡᵡᵛᴵᴵˑ 𝗜'𝗺 𝗢𝗞

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Estoy Bien



🖤



Luego de aquella agitada noche, los dos chicos terminaron en casa de su amiga, ya que al parecer todos se dirigían al mismo lugar.

Para Bakugo era la primera vez que iba a conocer a los padres de Jirou, mientras que Kirishima ya los había visto algunas veces antes y los conocía bastante bien. De hecho iba muy seguido a casa de la pelicorta que hasta lo consideraban como un hijo lejano para ellos.

Cuando llegaron, tuvieron que explicarles lo que había ocurrido, pues Bakugo necesitaba descansar un rato y tratar sus heridas al igual que Kyouka, quien probablemente tendría un moretón en el rostro al día siguiente.

—Bueno, me alegra que por lo menos nadie salió seriamente herido —replico el señor, sentándose en el sofá luego de haber ayudado a tratar a Katsuki.

—A-ahh, jaja. Si, si, nada grave —Kirishima y Bakugo se miraron sabiendo que eso no era del todo cierto.

Si, pues... talvez omitieron algunos detalles cuando les explicaron lo que pasó. Todo con tal de que no les dé un infarto si llegaban a saber que, y por poco, mueren.

Una pequeña mentira piadosa.

—Te dije que no salieras en la noche, además a comprar tus bolsas de comida chatarra. Sabes que comer mucho de esto te va a hacer daño —le regaño su madre a la pelimorada mientras sacaba cada ítem de la bolsa que su hija trajo consigo.

Jirou solo alcanzo a poner cara de un "me descubrieron" seguido por un "no voy a poder guardar más bolsas de frituras debajo de mi cama nunca más" luego de aquellas palabras.

Entendía la razón de que se ponga así. Pues le iba a resultar difícil olvidar que su hija alguna vez termino en el hospital y también perdió un ojo.

—Ahh, —suspiro la señora. —Déjame verte.

Jirou se giró quedando de frente a ella para que pueda ver cómo estaba su herida. Sujeto su mentón y vio como la zona del golpe se había tornado un tanto rojiza, preocupando a la madre aún más —Ve a ponerte un poco de hielo.

Jirou asintió, pero viendo a su madre tan afligida, quiso calmarla un poco —Tranquila mamá. Estoy bien, no tienes de que preocuparte —le dedico una sonrisa.

Mika sabía que tenía la razón, pero igualmente no podía no estar intranquila —Cuando dices eso es cuando me preocupo más.

Ambas intercambiaron cálidas sonrisas.



Mientras esto sucedía, en la sala los dos chicos y el hombre conversaban.

—Les agradezco a ambos por proteger a Kyouka. Ustedes saben que ella puede llegar a meterse en problemas de vez en cuando —su padre replicó en tono burlón.

—¡Te escuché! —grito la mencionada desde la cocina, sacando una risa por parte del pelirrojo.

—Jaja, pues no ayude mucho que digamos. Bakugo aquí y ella misma hicieron la mayor parte —Eijiro respondió no queriendo llevarse el crédito.

—Ah, pero me alegra que estés aquí muchacho. Hace mucho tiempo que no te veíamos.

—Sí, es que he estado ocupado. Mi padre abrió un restaurante y le estoy ayudando en mi tiempo libre.

—Ah, me alegra escuchar eso. Algún día iremos a comer allí.

—Eso fuera genial, además no queda muy lejos de aquí —miro de reojo al chico a su lado. —Tu también Bakugo, mientras más gente mejor —el chico incluyo al rubio no queriendo dejarlo fuera de la conversación.

El otro se lo pensó un momento. No quería aceptar honestamente, pues no conocía a nadie allí aparte de la pelicorta. Pero, por otro lado, él estaba tratando de dejar de ser un completo antisocial, y tratar de cambiar su actitud... Así que acepto la oferta.

—Si tengo tiempo podría ir —una respuesta muy digna de él.


Los tres continuaron conversando y luego se les unieron Jirou y Mika quienes les ofrecieron una taza de té.

Era raro verlo conversando normalmente. Y no que él no pudiera hacerlo, solo que todas las sonrisas que le dedicó al peliverde no habían sido tan agradables que digamos. Pero aquella que estaba viendo por el pequeño espacio que se había formado por la puerta entreabierta de la habitación le había dejado con un extraño sentimiento.

Sin hacerlo a propósito, sus labios dibujaron una sonrisa. En realidad por varios años había luchado por hacer que el rubio le dedicará una cara amable, siempre quiso ser amigo de él y por eso nunca se apartó del todo.


Esa era la realidad.


Quizás también lo odiaba, pero no fue así siempre. Hubo una época dónde Izuku solo esperaba que ambos se hicieran cercanos.

Y aunque, eso no sucedió en su debido momento, ahora Katsuki y Jirou se habían hecho amigos. Era innegable.


Una calma indescriptible le llegó al pecho...


¿Así se sentía la paz?

To Kill a Ghost ┃幽霊を殺すにはDonde viven las historias. Descúbrelo ahora