To Kill a Ghost ┃幽霊を殺すには

ᵡᵡᵛᴵᴵᴵˑ 𝗬𝗼𝘂'𝗹𝗹 𝗕𝗲 𝗶𝗻 𝗺𝘆 𝗛𝗲𝗮𝗿𝘁

Estarás en mi Corazón

💚

Pasó un rato y se había oscurecido bastante por lo que ambos muchachos tuvieron que irse eventualmente.

Me había quedado en el cuarto de Jirou todo el momento que ambos jóvenes estuvieron allí, escuchando toda la plática; que, aunque bastante simple y sin nada particularmente especial era agradable lo tan entusiastas y alegres que sus voces sonaban. Las risas, las burlas, los gestos, todo era muy tranquilizador.

—Izuku... —la voz de Jirou me saco de mis pensamientos. —¿Qué pasa? Estás bastante pensativo hoy —pregunto la chica acostada a mi lado.

Mis ojos se posaron en ella cuando la volteé a ver.

Agite mi cabeza seguido de una respuesta verbal —No, nada... Solo me siento aliviado de que te encuentres bien.

La pelicorta gesticuló una expresión de confusión por lo dicho —Que raro, eres. ¿Lo sabías?

Solté una leve risa por el tono en el que había respondido —Si, si lo sé.

Ella continuo confundida y luego se colocó boca arriba en la cama para mirar el techo del cuarto. Así nos quedamos un tiempo hasta que sentí que Jirou empezaba a ralentizar su respiración significando que estaba a punto de dormirse.

Su cuerpo se giró quedando apoyada en su hombro y colocando ambas manos por debajo de la almohada.

Me equivoqué, ella ya se había quedado profundamente dormida.

Viéndola tan pacífica me preguntaba que era lo que parecía estar soñando.

Cerré mis ojos, poco a poco esperando que, al igual que ella, pudiera conciliar sueño.

De repente levanté mis párpados dejando ver qué el lugar en donde me encontraba no era la habitación de Jirou, ahora estaba dentro de un vagón de tren.

No entendía cómo había llegado allí, pero no me asusté o me cuestione nada. Y después de verla a ella junto a mí me tranquilizó.

Kyouka se encontraba totalmente despierta, contrario a lo que yo había visto antes.

—¿Jirou?

Giró su cabeza hacia donde escucho mi voz. Ella no dijo nada ese instante y solo atino a sonreírme.

Quize decir algo, cuando por fin la pelimorada habló.

—Me alegro de haberte conocido —dijo.

No sabía a dónde se dirigía está conversación, pero me contentaba saber que ella pensaba eso de mí. Le regresé la sonrisa —Yo igual.

—Parece que lo lograste. Conseguiste cumplir con tu verdadero objetivo.

¿Verdadero objetivo? ¿Se refería a Bakugo?

—Sí... eso creo. Solo sé que me siento mejor.

La muchacha sin tomarse su tiempo coloco su mano encima de la mía, que estaba apoyada en el asiento sujetando su borde.

—Me alegra saber eso. Ahora ya eres libre.

—¿Libre? —pregunte incrédulo. —¿De qué me estás hablando?

Ella río suavemente como solía hacer —Ya lo averiguaras. Por ahora me tengo que ir...

Se levantó del asiento y me miró desde arriba observando mí semblante de desconcierto.

Pero antes de irse, ella se colocó enfrente mío, se agachó para que nuestros rostros queden a la misma altura. Sujeto mi cara con ambas manos y muy tiernamente acerco nuestros labios para hacer contacto.

El beso fue suave, como tocar las suaves y esponjosas nubes.

Después de eso, Jirou se bajó del tren. Y este empezó a andar por primera vez.

Luego todo se tornó blanco.

Kyouka abrió lentamente los ojos. Había sido un extraño sueño aquel... pero muy realista.

Vio por entre las cortinas como los rayos de la luz mañanera se adentraban en aquel lugar, dándole un calor muy agradable.

Sin embargo todo eso le restó importancia cuando al inspeccionar la cama, y luego la habitación, no viera al chico peliverde por ningún lado.

Siempre estaba a su lado al despertarse.

No era coincidencia que luego de este extraño sueño, él simplemente se esfumara.

A menos de que ese no haya sido un sueño cualquiera...

Al percatarse de lo sucedido, sintió una lágrima recorrer su mejilla y caer en su almuada a lado de ella.

Izuku se había ido.

Sujeto las sábanas a su alrededor y empezó a llorar.