Aniquilando Mundos | Mundo Irinae

¡Nos comeremos sus entrañas!

Cuando Michael pisó el césped del bosque, una gran cantidad de partículas mágicas se movieron hacia su dirección. Entraron por su piel y entre sus poros, la sensación de tranquilidad aumentaba, y un misterioso fluido empezaba a fluir por todo su cuerpo. Era como si estuviera tomando agua, solo que se sentía en todos sus órganos y vasos sanguíneos.

Michael no tardó en darse cuenta de que ese fluido que había en su cuerpo era la magia, maná, para ser más específicos. Tan solo pensar en las infinitas posibilidades de lograr tantas cosas en este mundo desconocido, era muy emocionante para él. La otra cabeza podía sentir las emoción compartidas de Michael, por lo que no fue exento al entusiasmo de su hermano.

Respirando una gran bocanada de aire y partículas, Michael pensó emocionado,—Esto se siente increíble, y eso que solo salimos del huevo. No puedo contener mis ganas de explorar todo lo que este mundo trae. ¡Además, soy un dragón!—Lo único que lo deprimía era el hecho de no tener manos, pero seguramente resolvería esto en el futuro.

Dando su primer paso hacia delante, su inmenso cuerpo de 9 metros, se movió, mientras su emoción aumentaba, sin embargo, antes de que puedan dar más de 2 pasos, se quedaron quietos.

Michael y su hermano detuvieron su cuerpo en seco al instante. Debido a esto, pisaron fuertemente el césped, produciendo una hendidura. La emoción de antes se esfumó, mientras el calmado silencio de antes se volvió algo terrorífico. Anteriormente, Michael experimentó la máxima sensación de relajación y paz, pero ahora era todo lo contrario.

—¿Qué es este sentimiento...?—Una oleada de profundo sudor empezó a recorrer todo su cuerpo. Es como si hubieran tirado un cubo de agua sobre su cabeza, congelando su cuerpo por completo. Era como si mil miradas estuvieran observando directamente.

Su hermano que siempre estaba furioso e irritado, también estaba profundamente alarmado. No sabían qué estaba pasando, pero sentían mucha incomodidad en estos momentos. 

Adelante, a unos 50 metros en dónde estaban ubicados, había un lobo gigantesco. Con una altura de 7 metros, el lobo color azabache y ojos azules, miraba atentamente al dragón de dos cabezas. Una intención ominosa se desprendía de sus ojos. 

Más al Oeste, también lejos de su ubicación actual, un enorme cocodrilo de 12 metros de largo, con muchas púas anormales sobresaliendo por todo su cuerpo, miraba con una sonrisa macabra y ojos impacientes a Michael. Sus incontables dientes eran aterradores hasta el extremo.

Al sur había un majestuoso Grifo sujetado en la cima de una colina, mientras sus penetrantes ojos apuntaban al cuerpo del dragón. Sus enormes garras y pico grueso, daba la sensación de que estaban en presencia de una bestia legendaria. Al igual que en los 3 lados, en el lado Este había una araña absurdamente grande, casi superando el tamaño de Michael.

Más y más criaturas cómo estás estaban ocultas, mirando amenazadoramente al dragón, con la clara intención de cazarlo. Era obvio que todos ellos habían estado esperando un buen rato para este momento, atacando en grupo a Michael y su hermano.

A todas estas bestias se las podría catalogar como una gran amenaza para los aventureros, incluso los más capacitados no tendrán la oportunidad de salir ilesos, resultar vivos sería un milagro de por sí.

Debido a que eran una bestia con capacidades mágicas, Michael podía ver qué a 50 metros de su ubicación, al norte, un lobo lo estaba mirando directamente a los ojos. Al oeste, este y sur también sentía incomodidad, lo mismo pasaba en todos los puntos del bosque.

Conforme pasaba el tiempo, la sensación de peligro se volvía más intensa. Un solo paso en falso, y su vida terminaría. Recién había transmigrado, no quería perder su vida apenas llegó a este mundo. Había cosas que quería hacer. Quería probar la magia. Quería probar este cuerpo. Ver a los aventureros, espíritus, elfos, ciudades y demás cosas.