Aniquilando Mundos | Mundo Irinae

Prólogo.

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~tap~tap

Un joven iba por la vereda de su barrio, mientras iba tarareando una pequeña tonada, sonriendo felizmente.

El sol se iba poniendo en la mañana, llegando los reflejos del sol a su rostro, acentuando aún más su felicidad.

En sus manos llevaba una gran tabla de madera, teniendo en la superficie un dibujo algo oscuro.

El dibujo era de fondo simple-figura compleja, y en medio, un demonio con dos cuernos en la cabeza, todo el cuerpo oscuro y macabro, daba un sentimiento algo incómodo cuando las personas lo veían, más cuando el dibujo era increíblemente realista.

Ninguno pensaría que un joven tan feliz haría tal dibujo, pero así era.

Repentinamente, la expresión del joven cambio y se detuvo abruptamente, y su rostro feliz desapareció en su totalidad.

-Es ella...-Murmuro con la voz baja.

Rápidamente salió del camino y se fue a un arbusto cercano, allí se escondió con su tabla de madera y se quedó viendo hacia delante, dónde una niña estaba caminando felizmente, al igual que él anteriormente.

~Glup~~

Tragando saliva nerviosamente, unas gotas de sudor se formaron en su rostro. Por alguna razón desconocida, miraba hacia esa niña como si fuera la mayor aberración.

No es que te odie, hermanita... solo que... das algo de miedo...

La niña no estaba enterada que su hermano la estaba evitando deliberadamente, por lo que siguió su camino felizmente, mientras saltaba y se dirigía hacia una casa de dos pisos.

Cuando estaba por abrir la puerta y entrar a la casa, el joven decide salir del arbusto lenta y sigilosamente, mientras su rostro nervioso se aliviaba un poco.

Pero, sin que pudiera predecirlo, la niña detiene sus pasos y se queda estática frente la puerta, a solo unos pasos.

-¡¿Mhm?!

Justo cuando estaba saliendo del arbusto, vio como la niña se detenía tan repentinamente, por lo que sin dudar se metió de nuevo y no pudo evitar que salga un chillido bajo.

Cómo si fuera el exorcismo, la pequeña niña empezó a mover su cabeza lentamente hacia atrás, tardando un tiempo en revelar su rostro. Y, una vez que se vio todo su rostro, el joven no pudo evitar temblar de miedo.

-¡El diablo! ¡¡El mismísimo diablo!! ¡¡¡Por qué mi mamá tuvo que engendrar tal criatura!!!

No podía evitar temblar, su tabla de madera se movía junto a el. Tenía los dedos de las manos en forma de cruz, mientras miraba hacia el cielo con una mirada de súplica.

-Si es posible, llevense a mi hermana a otro mundo...

~BOOM~

Mientras pensaba en como evitar a su hermana luego de entrar a su casa, un ruido ensordecedor se escuchó en su alrededor, no solo su pequeño barrio, sino la ciudad entera.