¡Yo la tengo más larga!

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Una vez que el círculo mágico lo transportó a Irinae, Michael despertó. Su consciencia se estabilizó, y empezó a recobrar el sentido de los alrededores.

Quería abrir lo ojos, pero no pudo. Intento mover las manos, pero tampoco tuvo caso. No es que no pudiera mover las manos, sino que no tenía, o eso sentía.

Solo por este hecho empezó a ponerse nervioso. Ya tenía una idea de lo que estaba pasando, y del por qué esa luz lo llevo hacia aquel espacio con las miles de personas aparte.

-¿Transmigracion, uh?-Pensó.

Le era algo surrealista y fuera de sentido, pero lo acepto rápidamente. Además de ser fan de los animes, también lo era de las historietas fantasiosas, por lo que conocimiento sobre este tipo de escenarios sobraba. Aunque aceptaba su situación, no era lo mismo con su familia. Siendo un niño mimado por su padres, el afecto y cariño que les tenía a ellos no podía desaparecer así de la nada. Una sensación deprimente lo invadió, pero luego pensó que en realidad era una buena noticia.

-Es decir, me libre de las garras de ese pequeño diablo.-De verdad que sentia que era una buena noticia. Su hermana lo atormentaba día y noche, incluso a la hora de cenar. Era la pesadilla andante de su vida. Así que, esos pensamientos deprimentes se controlaron un poco.

Olvidándo a su hermana, se puso a pensar en su nuevo cuerpo, algo que lo deprimía de nuevo.

-No tengo manos, pero si dos extremidades que se conectan a mi espalda, o lo que sea que tenga arriba.-Movio esas extremidades de su espalda, que se sentían muy rústicos. No podía hacer nada con ellos, además de levantarlo hacia arriba y hacia abajo.

Al cabo de unas horas, obtuvo su olfato. Y en poco tiempo sintió sus párpados temblar.

-Ah.... al fin siento mis ojos-Habia pasado muchas horas esperando este momento. E incluso, en esas horas le corrió el pensamiento de que fue encarnado a un cuerpo sin ojos, cosa que lo deprimía aún más.

Pero luego, llegó este momento, en el que finalmente, sintió sus párpados.

Aplicó toda la fuerza de su cuerpo para abrir sus ojos, y una vez lo hizo, una escena extraña se mostró frente a el.

Mucho y mucho líquido se cernia sobre sus alrededor, tierra negruzca y pequeñas arañas caminaban de un lado otro, absorbiendo con sus pequeñas bocas el líquido verde nocivo.

Una pared algo rocosa y oscura cubría toda su vista, inundandolo con la sensación de estar encerrado. Había grietas pequeñas en toda esa supuesta pared, como si se estuviera por romper. Los liquidos radioactivos y nocivos caían desde arriba, tocando la tierra del suelo y ennegreciendola aún más.

Michael quedo impactado, y estaba por gritar del asombro, cuando escucho una voz ronca y cansada a su lado.

-¿Que es esto...?

Michael tenia una muy mal presentimiento en la criatura que se convirtió en este mundo, pero, por más extraño que sea, lo iba a aceptar. Sin embargo, ni en su imaginación más salvaje pensaría en transmigrar a su actual estado, que en un futuro se quejaría constantemente.

Lentamente giro su cuello alargado hacia su derecha, y sus ojos casi se salen de su cabeza.

La voz vino de una cabeza con un cuello muy grueso y gordo, con una cabeza parecida a un dragón, con las escamas negras y rojizas, cuernos que iban hacia delante y atrás.

En este mismo momento, esa cabeza también lo miraba asombrado.

Alarmado, Michael iba a correr hacia la izquierda, para alejarse de aquella terrorífica cabeza, y el otro tipo también hizo lo mismo, queriendose alejarse.

Aniquilando Mundos | Mundo IrinaeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora