-- señora Inko -- el doctor había aparecido, colocando su mano en los hombros de Isamu y sonriendo levemente--. creo que ya conoce a Nakama, Nakama. Ella es Inko y es la madre del muchacho de allá adentro.
los ojos de la señora parpadearon varias veces.
-- ¿como dice?-- cuestionó--Mi Izuku no puede tener un destinado, apenas y es un niño al igual que él -- señaló a Isamu con su dedo índice, el contrario frunció su ceño.
-- señora, sin ofender pero soy casi un adulto.
Inko alzo una de sus cejas.
el muchacho solamente tenía 17 años de edad mientras que Isamu apenas e iba a cumplir los 19, ambos para la señora Inko eran unos niños.
Inko se dirigió al mayor golpeando su pecho con sus puños cerrados, para posteriormente echarse a llorar como magdalena enfrente de todo el equipo médico, dios, Inko tenía tantos sentimientos encontrados que no sabía cómo desahogarse y está solamente golpeaba el pecho del alfa.
- lo lamento señora Inko, yo no - hablo Nakama a duras penas, el nudo en su garganta se apretaba pese a como seguía hablando. Tomó las muñecas de la mujer con sus manos para detener los golpes - yo sabía que si hijo sería mi destinado, lamento mucho estás circunstancias en la que nos encontramos, yo no quería...
- mi hijo.. él no va a poder estar sin ti ahora en adelante y lo sabes.
- sí, lo sé.
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Izuku se acomodo en la cama del hospital cuando escucho la puerta del cuarto ser abierta, la figura de su madre rápidamente se hizo ver y con ello, las lágrimas abandonando sus ojos no se hicieron esperar más.
la madre de Izu rápidamente se acercó con rapidez para rodear el cuerpo del menor con sus brazos y brindándole un cálido abrazo, transmitiendole tranquilidad y diciéndole que todo iba a estar bien, que no se preocupará.
Izuku suspiro felizmente, ahora en su cabeza se repetía que iría a hacer sin su progenitora, ¿sin sus cuidados y sin sus regaños? Izuku alejo rápidamente esos pensamientos y simplemente se dejó hacer entre los brazos de Inko, quién no tardaba en darle muchos besitos en su pecoso rostro, los cuales transmitían el amor que le tenía y lo feliz que era al saber que se encontraba bien.
- m-mamá...
- shhhh, Izu, ya sé todo - sus manos pasaron por el verdoso cabello de su hijo, acariciando sus ondulados cabellos en un intento de calmar sus sollozos. su corazón se estrujaba cuando recordaba lo que le habían dicho por teléfono y más al saber que aquel alfa era pareja predestinada de su hijo.
-- ¿n-no estás enojada?-- la pregunta desconcertó de cierto modo a Inko, quien solo pudo sonreírle cariñosamente a su pequeño, a lo que Izuku se sonrojó furiosamente por la vergüenza.
