— ¡Isamu! ¿ no estás feliz ? hoy es tu cumpleaños, deberías ponerte muy bonito para recibir a los invitados — dijo la progenitora de aquel menor con una emoción que contagiaba al pequeño infante.
Nakama sonrió de oreja a oreja, estaba listo para su gran fiesta de cumpleaños, su madre le había contratado un castillo inflable para que los pequeños se divirtieran saltando, hizo un pastel y mini cupcakes, una mesa de botanas para que los niños pudieran agarrar variedad sino querían comer dichos postres anteriores.
Todo estaba muy bien preparado por la supervisión del cumpleañero pues quería que todo fuera perfecto, hoy cumplía sus doce años de edad y para Isa era un paso más para ser grande y no depender de su madre.
— mami ¿ A qué hora llegarán ? — pregunto Nakama por cuarta vez.
La madre giro su rostro para verle, habían pasado dos horas de la hora indicada para la reunión, mordió su labio inferior y tosió un poco para aclarar su garganta, no quería ver a su hijo mal al decirle que sus compañeros no llegarían.
— Ve a jugar al inflable — ordenó la mujer — no tardarán en llegar, así que sería bueno que te adelantaras a jugar.
Isamu frunció su ceño confundido.
— está bien — sin más que decir, giro su cuerpito dando media vuelta y avanzaba para ir al patio trasero y jugar como su madre le había dicho.
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— ¡ Isa-kun ! — Izuku había entrado a la habitación del susodicho sin permiso, Nakama anteriormente le dejo dicho que por nada en el mundo debía entrar a su cuarto porque sería violada su privacidad y espacio, el pecoso no le dio tanta importancia — ¡ Isa-kun, despierte ! ¡ arriba, arriba !
la risita de Izuku en las mañanas podrían ser musica para sus oídos, pero no lo tenía que admitir, aún no. Isamu parpadeo un poco y colocó su mano frente a sus ojos pues la luz del sol había traspasado su vista haciéndole molestia, miraba medio borroso y no podía diferenciar muy bien el cuerpo del de iris verdes esmeralda.
— ¿ Izu ? — pregunto con la voz ronca por el sueño — ¿Qué mierda? déjame dormir mocoso —; jalo la sabana con la que se estaba cubriendo, tapando todo su cuerpo hasta su cabeza — creo haberte dicho que no entraras a mi habitación.
no se escuchaba amenazador, era tranquilo y sereno.
— lo sé — Midoriya asintió suavemente — pero no me impide en venir a decirte feliz cumpleaños.
— ¿ah?
— ¡feliz cumpleaños, Isa-kun!
Nakama se sacó la sabana de la cabeza solo para toparse con los ojos contrarios enfrente suya, por inercia se alejó un poco dejando al menor desconcertado. Entre sus manitos Midoriya sostenía un pastel de chocolate con nueces y en la parte de arriba tenía escrito "Happy Birthday " en letras perfectamente cursivas.
