Habían pasado ya varias semanas desde el incidente de la Torre Eiffel y Ximena, John y Peter seguían sin resolver el enigma dejado por Andrea. Hacía apenas unos días habían cambiado de hospedaje ya que Grace les había informado que unos inversionistas muy importantes llegarían al hotel y posiblemente querrían alojarse en la habitación que ellos ocupaban pues según lo que le habían dicho sus compañeros, siempre se hospedaban allí.
A pesar de que la Sra. Charlotte les insistió en que se quedaran diciendo que buscaría una nueva habitación a los inversionistas o bien a ellos si no tenían ningún problema, los amigos decidieron irse para no causar más molestias a los propietarios. Ante su decisión, la Sra. Charlotte les recomendó un sitio en el que podrían hospedarse: el hotel ’’Le Chateau des Fleurs’’.
Se consideraba un hotel lujoso entre los locales y se encontraba en el corazón de París. El edificio era de cinco pisos y tenía una terraza en el último de los niveles. El nombre del hotel tallado en bajorrelieve negro y dorado estaba acompañado con un pequeño jardín a los costados de la puerta doble acristalada. La recepción estaba bastante ajetreada ese día pero a pesar de ello, pudieron detallarla casi a la perfección. El amueblado tenía un toque moderno para la época a diferencia del anterior, que se apegaba más a lo tradicional, y aunque ambos eran finos, el de su nuevo hospedaje parecía más extravagante. Tenía mesas de té de cristal junto a cada juego de los finos muebles de cedro importado de América, alguna que otra planta embelleciendo el bar y unas bellas vidrieras ilustrando paisajes en plena primavera para hacer alusión a su nombre.
Llegaron hasta la mesa y preguntaron si había alguna habitación disponible para ellos. La amable recepcionista les informó que en ese momento solo había habitaciones individuales sin ocupar por lo que tuvieron que arrendar tres. Por suerte, la joven logró encontrar tres habitaciones colindantes vacías y sin pensarlo dos veces aceptaron la propuesta del hotel.
Las habitaciones eran bastantes parecidas entre sí. Contaban con una pequeño set de muebles finos con acabados en rojo vino lo que contrastaban con el color negro del ébano del que estaban fabricados. Junto a los muebles había un hermoso ventanal de cristal que le permitía observar el bello jardín que rodeaba a la fuente de los deseos que añadía un toque único a la vista y que era visitada por muchos diariamente. Tenía un pequeño bar para tomar algo sin necesidad de ordenarlo al servicio a la habitación. En un hotel tan prestigioso no podían faltar cuadros famosos y exclusivos aunque Ximena notó que uno de los que adornaban su cuarto no era del todo legítimo, en parte porque ella era la dueña del original.
Había transcurrido aproximadamente un mes desde que partieron y a Ximena y los demás parecía estar acabándosele no solo las esperanzas sino también el tiempo pues no encontraban forma alguna de descubrir lo que Andrea quiso decir en aquella nota. La anterior les fue complicada por la cantidad de acertijos que contenía lo que hizo que tuviesen que resolverlos uno a la vez mientras esta simplemente no les decía prácticamente nada, dejándoles abiertas demasiadas opciones.
Era una mañana de miércoles y Peter había ido a la habitación de su mejor amiga a tratar de resolver la nota. Pasó un corto tiempo antes de que Ximena se percatase de que no habían visto a John desde el desayuno y él se suponía iría a ayudarlos. Con curiosidad preguntó a Peter si habló con él después de que regresaron del restaurante a lo que él respondió:
-La verdad la última vez que lo vi fue cuando entraba a su habitación después de desayunar.
- Yo igual pero crees que siga ahí después de tanto tiempo, nos dijo que vendría a ayudar. Iré a ver si se encuentra bien.
Peter solo asintió con la cabeza volvió su vista a todo el desastre de libros que había en la pequeña mesita de té de la habitación de Ximena, quien se encontraba ya a unos pocos metros de la puerta de John.
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La Búsqueda de Andrea Johansson
AdventureXimena es una joven inglesa cuya hermana había desaparecido hacía ya varios años y su padre casi nunca está en casa debido a sus numerosos viajes por negocios. Se había acostumbrado ha llevar una vida un tanto solitaria y es, en su amigo Peter, en e...