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capítulo 01| Azul profundo

Cinco de la tarde, era la hora que marcaba en su celular al momento que la prendió. Soltó un sonoro bostezo mientras ponia su celular en el bolsillo de su pantalón y agarraba su abrigo de la silla de su escritorio, se puso sus tennis y se fue por la puerta de su casa para ir a dar un paseo.

Después de haber terminado con los trabajos de la Universidad y de salir de vacaciones, tenía planeado descansar durante las vacaciones invernales, ¿y qué mejor forma de hacerlo que salir a dar vueltas por el lugar?

Caminando de forma serena y relajada, admiraba a su alrededor las casas, autos, suelo y árboles bañadas en blancura pura, el paisaje le encantaba, invierno es uno de sus estaciones del año favorito, no por nada nació en esos meses.

Realmente no tenia mucho en mente al salir por su vecindario a caminar, solo sabía que se le apetecía dar unas vueltas antes que fuera de noche y se metiera en su cama a ver Netflix junto con comida chatarra y un chocolate caliente junto con sus gatos, no había mejor vida que eso, aparte tenía pendiente un maratón de la doctora Apolo que no había terminado 𝚊ú𝚗, aprovechando que sus padres salieron de emergencia a sus trabajos empresarios, tenía tiempo de sobra para hacer lo que quisiera, una de ellas era encerrarse en su casa y no salir, almenos que necesitará comida por que se le acabó pero dejando eso de lado, de ahí no pasaba.

Tan sumergida estaba en sus pensamientos que no se dio cuenta de que había chocado contra un pecho duró y firmé, dio un paso atrás poniendo su mano en la zona en donde se había golpeado, su nariz. Levanto su mirada para conectarla con una azulada desinteresada, al principio se quedó viendo al chico frente a ella, era alto, cabellera albina y perfil pulcro, tenía orbes redondos y de color azul oscuro, los cuales la miraban sin mucha importancia, tenía una nariz respingada y por lo que se podía ver piel blanca, demasiado.

Al darse cuenta que se le quedó viendo por unos minutos decidió dejar de verlo y disculparse para poder irse.

—¡Lo siento! ¡No lo ví, estaba muy metida en mis pensamientos y no me fije por donde iba! —se sincero viendo atrás de él en vez de sus ojos que no se apartaban de ella, cosa que la empezaba a incomodar—. Bueno, nos vemos.

Dando por finalizado la charla, paso aun lado de él de forma veloz huyendo de la escena exitosamente, pero se sentía inquieta, sentía como si el chico la estuviera observando mientras se alejaba, aunque creía eso imposible, por que, en primer lugar ¿por qué la vería a ella después de haberle dado una mirada desinteresada como la suya? Aparte no se disculpó y no dijo nada, y eso que le dio tiempo de hablar.

Estando a una distancia considerable volteo a ver de reojo atrás de ella para ver si era cierto lo que creía, nada, no había nadie, solo algunas personas caminado y coches sonado a su alrededor, y ningún rastro del chico de cabello blanco.

«Maldita paranoia. »pensó arugando su ceño con molestia, movió su cabeza ahuyentando sus pensamientos locos, se sentía aliviada y ligeramente enojada, enojada por que su paranoia le jugó una mala pasada y aliviada por que sus pensamientos no eran ciertos.