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capítulo 05| Agradable

Soltó un pesado suspiro la fémina, estando sentada en la cama con las piernas cruzadas, mientras mantenía su mirada fija contra la azulada oscura intensa, hace como treinta minutos llegó el albino y se sentó en la silla frente a ella.

Tomó una bocada de aire, tratando de serenarse y mantenerse sería, sentía que en cualquier momento se iba a reír por estar mirando tanto a su secuestrador. Cuando killua llegó le propuso que ambos tengan una cita, y ella lo rechazó diciendo que tenía flojera de salir a caminar, incluso de ir a las esquina y que prefería que le diera su celular, una televisión, Internet y comida y ella estaba satisfecha, pero el hombre no cedía, quería tener esa cita con ella, por lo cual propuso tener algún tipo de enfrentamiento donde si él ganaba ella saldría con él pero si ella ganaba le daría su comida, televisión e Internet, cosa que luego ella aceptó, lo que sea para tener comida y entretenimiento.

Y ahora ambos están en un concurso de miradas, quien pestañee pierde.

—Rindete —exclamó la de cabellera larga, moviendo sus pupilas en la máscara del contrario—, acepta tu derrota y dame mi comida, Internet y la televisión, y exijo una demanda extra.

El de orbes azules solto una risa nasal, ante la declaración de su enamorada.

—No voy aceptar mi derrota, si eso significa que voy a perder mi cita contigo, no aceptó.

Siguieron con su lucha de miradas, causando que pasarán minutos en total silencio, la chica ya le empezaban a lagrimiar sus ojos y a picarle, por lo que empezó a moverlos a diferentes partes tratando de mantenerlos abiertos a toda costa, cosa que le pareció gracioso al de ebras albinas, le parecía lindo y tierno como intentaba ella mantener sus ojos abiertos para ganar lo que quería conseguir.

Si por él fuera se lo daría lo que pide, pero no se lo daría tan rápido, apenas era el segundo día que la tenía ahí guardada.

Por ahora quería tener esa cita con ella.

La fémina tomó la mano del hombre, apretandola intentando mantener su concentración en pie, el contrario se sorprendió ante el repentino agarré, pero no le disgusto, al contrario, afirmó su agarré entrelazado sus dedos con cariño, debajo de su máscara se asomó una sonrisa de pura felicidad que le causaba esa chica a él.

«¿Cómo no quererla si me causa estas sensaciones agradables? » pensó viendo con ojos cariñosos a la chica, que agarro su otra mano moviendo su cabeza a los lados sin despegar su mirada café oscura de la suya, y de igual forma que hizo con la mano derecha lo hizo con la izquierda.

En definitiva el de cabellos blancos se sentía en el cielo mientras que la de cabellos negros se sentía en una tortura por minuto que pasaba.

Y paso lo que tenía que pasar, cerro sus ojos, sintiendo alivió de cerrarlos pero a los segundos se dio cuenta que perdió, perdió su oportunidad de pedir Internet y comida, y más que nada pedirle que le trajera sus gatitos a dormir dónde estaba ella, perdió su oportunidad.