capítulo 09| Libertades

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Lo miro perpleja, asombrada por sus palabras dichas, ella sabía de las condiciones que él mismo había puesto para que ella subiera de nivel dependiendo de la confianza que tuvieran ambos, más de parte del varón que de ella

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Lo miro perpleja, asombrada por sus palabras dichas, ella sabía de las condiciones que él mismo había puesto para que ella subiera de nivel dependiendo de la confianza que tuvieran ambos, más de parte del varón que de ella.

Desde el inicio que despertó en ese frío lugar y darse a conocer su situación, sabía que tenía que hacer algo para poder conseguir su libertad, al principio su miedo y temores casi le juegan una mala pasada ante su posible reacción que iba a tener, tuvo que analizar lo que sucedía y pudiera suceder. Había leído un montón de historias de secuestros junto a películas y nunca salían bien, recordó las situaciones de las protagonistas para después compararlas con la suya, la de las historias era porque un mafioso les tenía rencor y no las querían ver más, por sus órganos, para pedir un rescate de una cantidad de dinero exagerada, luego de los obsesivos con problemas mentales.

Cuando leyó su diario o algo parecido que tenía en la mesita de noche supo de inmediato que era un acosador obsesionado con ella, posiblemente psicópata y con otras cosas que aún desconoce de él, al final de cuentas aún no lo conocé del todo.

Su comparación con esas protas de las historias era que siempre terminaban mal porque usualmente todas estaban a la defensiva, en contra de todo lo que su secuestrador demandaba y eso solo las llevaba s un final para nada agradable, pensó en eso y en su mente le llegó la idea de no poner resistencia, hacer casó a sus órdenes por muy desagradables que fueran, su orgullo y dignidad se iban a ir por el caño, ¿pero qué gana ella con eso? Que él confiara más en ella y bajara su guardia, también ganaba acceso algunas cosas que le podrían servir, su plan más que nada es hacerle creer que ella no tiene motivos alguno de volver a su casa, lo lograría actuando como lo hace normalmente como estando en casa pero la diferencia sería estando con su secuestrador. Por eso no uso las herramientas que estaban en su cuarto, supo ella que eso era una prueba.

Había algo que le preocupaba mucho, eran sus gatitos, cuando la saco de su casa pasaron algunos días, no sabía que día era pero calculaba que pasaron cuatro días o menos, por ahí, no le había mencionado de los gatos porque no sabía como meterlos en la conversación, le desesperaba el hecho de no saber si estaban bien, si comían bebían y si estaban en buenas condiciones. Se sentía algo enojada con él por alejarla de sus preciosos y hermosos gatos de ella, más bien no le enojaba poco, estaba emputada con él por el asunto de sus gatos, pero no podía discutir con él y llevarle la contraria a algo que hiciera bajar sus posibilidades de encontrar una oportunidad de escapar y poder ir por sus gatos, la única razón que esta aceptando a colaborar con él para "llevarse bien" era por sus gatos.

Y su paciencia estaba agotándose con cada día que pasaba.

Y lo único que podía hacer por el momento era tratar de no demostrar indicios de querer huir y ser amable con él y ser ella misma lo más que podía y no levantar sospechas.

—¿Qué? ¿En serio?

El albino asintió suavemente soltando un suspiro mientras se levantaba de la cama y se ponía en medio de la habitación metiendo sus manos a los bolsillos.

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