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Jeno ya había revisado muchos sitios web de tiendas de ropa de Seúl y todavía no encontraba la correcta.

Sabía que sería más fácil preguntarle a Ten, pero no quería a Taeyong metiendo su nariz donde no lo llamaron. Ese demonio que tenía por amigo era experto en charlas reflexivas y no tenía ni los ánimos ni el tiempo para lidiar con eso.

Además, ¿Qué tan difícil podía ser? El chico del bar había dicho que Donghyuck trabajaba en una tienda muy conocida y de bastante prestigio o eso recordaba, el alcohol había borroneado parte de su memoria.

Así que supuso que el enano también haría de modelo, era un hecho con la personalidad que mostró en la fiesta de Ten, junto a "Nana", que sería parte de la marca, tal vez trabajaban juntos.

— ¡POR FIN! Ya te encontré enano y no te escapas de mí.


***


— Deja mi lima de uñas y ayúdame Nana. — se quejaba el pelinegro.

— Tenemos un trato de tres semanas. Aún queda una. — Recordó el más alto. — Pero seré bueno y alzaré esta caja.

Se agacho a recoger una caja de lencería masculina que volvió a dejar caer seguido de un ¡Mierda! al ver a cierto pelinegro en la vitrina.

Rápidamente se agachó y de cuclillas se escondió tras el mostrador. — Hyuckie — Llamó en voz baja a su amigo.

— Mmmh — Fue toda su respuesta.

— El loco del bar está afuera. — Volvió a hablar en voz baja.

Donghyuck miro hacia la puerta y sonrió. — Ya está dentro Nana... pero no te preocupes, yo me encargo. — Dijo imitando la voz baja de su amigo.

Dejando lo que hacía se acercó al formidable hombre que "miraba" prendas masculinas.

— ¿Busca algo en específico, Hyung? — "modales ante todo" pensó Donghyuck.

— De hecho sí, Vicky... la esperé toda la noche el sábado y ella no apareció. — Dijo frunciendo el ceño.

— Creo que estás confundido, no conozco a ninguna Vicky. — Se defendió, su rostro no mostraba nerviosismo, Donghyuck era un gran actor.

— ¿Insinúas que no eras tú el enano rubio que se la llevo y me afirmó que ella estaría el sábado en el mismo bar? — Jeno no tenía la paciencia suficiente como para lidiar con eso.

— En efecto, así que sí no compraras nada, será mejor que te retires...

— Escucha enano...— Donghyuck quedó bajo el fuerte agarre del pelinegro en su brazo. — Me dirás dónde encontrarla o juro que te arrepentirás de haberla separado de mí ese día.

— Sí que estás demente. — Comentó el más bajo tratando de soltarse del agarre. — Mira si Vicky no quiso decirte su nombre real fue por algo, que clase de loco se obsesiona con alguien que se deja follar en un baño mugroso y su...

— No hables así de ella... y-yo sé que ella es diferente... yo lo sentí. — Jeno no saldría de ahí sin saber lo que quería. — Tu amigo, su hermano, ¿Dónde lo encuentro?

— ¿De quién demonios hablas? — Murmuró el pelirrojo tratando de no reír.

— Del marica que estaba contigo en la fiesta de Ten.

— No lo sé... — Antes de que acabará la frase el agarre en su brazo se soltó al recibir un empujón de su amigo.

Jeno no recordaba la última vez que peleó a golpes, pero si recordaba el dolor y el puñetazo en su mejilla, dolía como la mierda.

— ¡Repítelo en mi maldita cara, imbécil!

Para Jaemin ser de una familia creyente no fue fácil cuando se declaró abiertamente homosexual a sus 15 años. El repudio de su familia y amigos cercanos tampoco ayudó.

Ahí fue que conoció a Donghyuck, este ya estaba más familiarizado con él ámbito y fue de mucha ayuda. También Ten, que igual que él, recién estaba descubriendo su gusto por los hombres.

Pero el mayor apoyo en esa etapa fue Park Seonghwa, el hermoso chico mayor por 3 años, el héroe que toda chica quiere tener, su escudo ante los golpes y pañuelo de lágrimas.

Seonghwa lo había defendido cada vez que lo intentaron dañar, lo acogió en su casa a sus 17 años, después de que su padre lo echara de su casa diciéndole "No quiero ningún marica bajo mi techo".

Esa noche lloró aferrado al mayor, logrando dormir solo después de que Seonghwa le dijera en un susurro al oído "Nadie puede llamarte marica, nadie tiene el derecho a humillarte o herirte por lo que eres, recuérdalo siempre Nana, tú eres mejor que eso"

Después de eso Jaemin golpeo a cada imbécil que se atrevía a llamarlo así.

Casi 5 años después volvía a escuchar la voz de su padre ahora saliendo de la boca de Jeno.

— Anda levántate y dímelo a la cara. — Esa era la única palabra que lograba sacarlo de sus casillas.

— Nana tranquilo. — Trató de calmarlo el más bajo.

El pelinegro se puso de pie y salió del lugar. Tragándose su ira, no era su intención decirlo. Él no era homofóbico o algo así. Jamás trató así a sus amigos por sus gustos y tampoco quería tratar así a los amigos del novio de su mejor amigo.

Ni él lograba tener en orden su cabeza, quería encontrar a Vicky y esos dos sólo intervenían en su búsqueda.

Debería ser más cuidadoso con sus palabras sí quería llegar más lejos.








Esa linda chica... ➢ NoMin [ADAPTACIÓN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora