Lily, simplemente ella

Capítulo 4 (corregido)

MINI MARATÓN DE CAPÍTULOS

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Me despierto con el sonido de la alarma. Veo que es buena hora, así que me preparo.

Después salgo fuera, a esperar a Alberto. Pero allí está Erik.

—Buenos días, he venido a recogerte para que vayamos juntos al colegio, si te parece bien —dice, revolviéndose el pelo.

—Eh, vale, pero primero vamos a por Kate y Marta.

Vamos a recogerlas y se quedan flipando cuando nos ven a los dos juntos. Después pasamos por la casa de Alex, ya que está cerca.

Los chicos empiezan a hablar entre ellos, entonces Kate y Marta aprovechan para cogerme cada una de un brazo, y sé que empieza el interrogatorio cuando dicen a la vez.

—Cuenta.

—No hay nada que contar —digo, pero me sonrojo rápidamente, así que se nota que es obvio que sí hay algo que contar. No hace falta que ellas me digan nada para empiece a soltar prenda.

Les cuento todo lo que pasó la tarde anterior. Cada vez que digo algo, se giran hacia Erik y le lanzan muchas miraditas para nada disimuladas.

—Así que, ¿te gusta? —dice Kate.

—Katie, es obvio que sí le gusta, no hace falta ni preguntar —dice Marta pícaramente.

—Tienes razón Marta, le encanta —las dos me miran con la sonrisita típica de: ¡cómo te gusta!

—¡Ni me gusta, ni me encanta! —suelto un chillido, avergonzada.

—¿Quién te gusta? —dicen los chicos a la vez poniéndose a nuestra altura.

—Nadie —digo sin mirarlos, caminando más rápido y arrastrando a Kate y Marta conmigo.

En los días siguientes no pasa nada interesante, además de las clases, deberes, exámenes... Pero llega el viernes y con él, el cumpleaños de Erik.

Me despierto más pronto que de costumbre y cojo el regalo de Erik de la cómoda, ya que hemos decidido darle sus regalos por la mañana, porque por la noche es la fiesta y va a ver mucha gente desconocida.

Bueno gente de Los Guardianes y periodistas, pero son unos completos desconocidos para nosotros, esto es más entre amigos. Desayuno muy rápido y voy a la casa de Erik.

Allí me encuentro con Alex, Lucas, Kate y Marta para darle la sorpresa. Entramos, nos ponemos unos gorros de fiesta y unos matasuegras. Con mucho cuidado, entramos a su habitación y nos situamos alrededor de su cama.

—A la de una... dos... —susurra Alex—tres. Hacemos sonar los matasuegras y gritamos:

—¡FELIZ CUMPLEAÑOS!

Erik se levanta de golpe, se estira como un resorte, abre los ojos como platos y suelta un chillido.

Nosotros, al ver esa reacción para nada "masculina", empezamos a reírnos de él. Cuando se da cuenta de quiénes somos, nos mira mal pero luego le cambia la expresión al recordar que es su cumpleaños y que hemos ido a felicitarle los primeros.

—Gracias a todos —nos mira con cariño. Cada uno le dan sus regalos.

Kate y Marta le regalan un disco de Los Beatles y otro de The Fray que nos contó que le gustaban, Alex le regala un tocadiscos antiguo y precioso, Lucas unos botines de fútbol y luego nos quedamos nosotros solos.

—Felices 16 —digo suavemente.

—Gracias —sonríe.

—Bueno, no sé si te gustará...