Narra Lily
—En realidad, tampoco sé gran cosa, lo único que sabría deciros es que mi jefe tiene un odio inmenso hacia vuestros padres —nos señala ondeando su mano, ya liberada, entre nuestros cuerpos —y como sabe perfectamente que vosotros tenéis mil guardaespaldas detrás vuestra —esboza una sonrisa sádica —aunque uno de ellos esté de nuestra parte, nunca vais solos a ningún sitio, así que optó por la parte fácil.
—Que es ir a por una de nuestras amigas —suspiro.
—Veo que lo vas entendiendo, princesita —ríe bajito. Erik lo coge por el pescuezo.
—Cuidado con las palabras que usas, pedazo de escoria.
—Ay, por favor, qué adorables, el principito protegiendo a su princesita —dice con un tono de burla claro en su voz.
—Veo que no lo has entendido —Erik levanta su puño, pero me viene un instinto, que, para que mentirnos, no tengo ni idea de dónde viene y lo que hago es agarrar el puño de Erik y bajarlo lentamente, al mismo tiempo que él vuelve a dejar a Omar en el suelo. Y hago una cosa que nadie, ni yo misma, esperaba hacer. Le doy un puñetazo directo en el estómago, Omar abre los ojos como platos, sorprendido ante mi repentino acto y porque le falta un poco el aire.
Miro mi mano y veo que tengo los nudillos rojos, pero me da igual, he podido descargarme, así que lo único que hago es sacudir un poco la mano y sujetarla contra mi pecho. Me giro hacia Erik y me mira como si fuera la primera vez.
—Creo que, desde este momento, te has convertido totalmente en mi ídola, que lo sepas —dice sorprendidísimo.
—¿Podéis dejar de coquetear delante de mí y dejarme en paz de una vez? —pregunta Omar, saliendo de ese estupor que lo tenía cegado.
—Dejarte en paz, va a ser que no, pero si nos dices lo que sepas cuanto antes, sí —respondo. Él parece satisfecho.
—Entonces, ¿en qué parte nos hemos quedado? —pregunta, bostezando.
—En la parte en la que, si no dices algo coherente, Lily te va a dar otro de esos puñetazos y creo que no te apetece que te lo vuelva a hacer, ¿o me equivoco? —pregunta Erik, con la clara amenaza en sus palabras. Omar, por una vez, parece que va a hacer caso de las palabras que dice mi novio, cuando asiente con la cabeza.
—Vale, pregunta lo que desees —dice, incorporándose totalmente, para escuchar atentamente lo que quiera decirle.
—Así que secuestraste a mi amiga, para que fuéramos a rescatarla y así picar en el anzuelo, ¿me equivoco? —pregunto con una ceja enarcada.
—No te equivocas —responde, esta vez sin ningún tipo de burla en su voz.
—Y, claro, os sorprendisteis cuando ninguno de nosotros pasó por allí —sigo interrogando. Él asiente.
—Exactamente, fue una amiguita pelirroja vuestra —resopla —ya le dije yo al jefe que no seríais tan tontos como para aparecer vosotros mismos por allí —reflexiona en voz alta.
—Por supuesto que no lo fuimos —dice Erik rodando los ojos.
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Lily, simplemente ella
RomanceLily lleva teniendo toda su vida organizada y perfecta, sin tener ningún tipo de preocupaciones. Hasta que un día se entera de que todo no es lo parece y que le han estado ocultando cosas que cambiarán su vida por completo. Esta historia, puede con...