Capítulo 7

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Narra Marta

Aporreo la puerta de Lily, desesperada.

—¿Marta? Son las tres de la mañana —dice frotándose los ojos, adormilada.

—Necesito hablar contigo —digo, nerviosa.

—Bueno, vale. Dime qué está pasando, y espero que sea urgente.

—Alex me ha besado —digo sentándome en su cama. Lily abre los ojos como platos.

—Desembucha.

Hace 4 días...

—Oye, ¿qué os parece irnos un fin de semana a alguna casa rural? —propone Alex.

—Me parece una idea estupenda, le pregunto a mis padres a ver qué dicen —responde Lily, entusiasmada.

—Pues si los padres nos dejan yo creo que sería genial —dice Kate— también podríamos invitar a Abril, ¿no? Es bastante maja.

—Me parece perfecto —dice Lucas.

—Por mi igual —dice Erik, Alex asiente con la cabeza de acuerdo.

—Estuve mirando unas casas a dos horas de aquí y están bastante bien, con cinco habitaciones, así que alguien tendría que compartir —informa Alex.

—Yo por mí, la comparto contigo sin problema —dice Erik mirándole pervertidamente.

—Qué idiota que eres —dice Alex dándole un golpe en la cabeza a su mejor amigo. Todos reímos.

Cuando termina esta pequeña reunión, Lily, Kate y yo buscamos a Abril, que ya es muy amiga nuestra. La encontramos en el salón de casa de Lils. Le contamos la idea y convencemos a su madre para que pueda venir.

—Bueno, pues la verdad es que muchísimas gracias porque si no me hubiera aburrido mortalmente yo sola aquí cinco días, pero ahora a lo importante. Kate, no nos ha contado todavía sobre el beso que te diste con Lucas—dice Abril.

—Traidoras... ¿se lo habéis contado? —dice entrecerrando los ojos.

Ajá —digo mirándome las uñas distraídamente con una sonrisita en la cara.

—¿Y entonces...? —la anima Lily a que siga.

—A ver, el beso fue un poco a lo loco, porque estaba preocupada y... Entonces pues una cosa lleva a la otra y hablamos sobre ello. Se me declaró diciéndome que estaba enamorado de mí desde hace bastante tiempo y me dio un beso de película —dice con la mirada iluminada—así que, me dijo que, si quería tener una cita con él y fuimos a la zona de la playa a ver el atardecer, cenamos en la arena y me pidió que si quería ser su novia.

—¿Qué le dijiste? —pregunto como buena espectadora.

—¡Obviamente que sí! —responde contenta.

—¡Esto hay que celebrarlo! —dice Lily emocionada. Nos quedamos toda la noche a hacer fiesta de pijamas en su cuarto.

Al día siguiente, cuando volví a casa me llegó un mensaje de Alex:

—¡Ey!

—¡Hola!

—¿Te viene bien que vaya a tu casa en media hora y damos un paseo?

—¡Perfecto!

Cierro WhatsApp y me visto con unos pantalones vaqueros negros, un jersey azul, combinando con mis ojos y mis inseparables botines negros. Me dejo el pelo suelto y cojo una pequeña mochila de cuero negra.

Lily, simplemente ellaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora