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-Me tengo que ir, Hannie. Es tarde ya.

Jisung empezó a negar suavemente con su cabecita ante lo dicho por el mayor, no quería que Minho se fuese, estaba consciente de que habían pasado todo el día juntos y que ya era de noche, pero aún así no quería dejarlo irse.

-No, hyung, quédese a dormir hoy, por favor -dijo con una voz bajita, mientras hacía ojitos.

-Pero.. bebé, tengo que volver a casa -habló el castaño, acariciando las hebras azuladas del menor.

-Mmh, no quiero -cruzó los bracitos sobre su pecho, a la vez que desviaba la vista hacia otro lugar de habitación.

- ¿Por qué, amor? -al mayor la situación en cierto modo se le hacía chistosa, solía pasar con regularidad, y a pesar de que siempre terminaba cayendo ante las peticiones del más joven, era interesante ver cómo hacía rabietas cuando le era negado algo que quería.

- Es que... cuando bajé a la cocina hace un rato vi por la ventana y no hay muy buen tiempo, estoy seguro que va a llover y... sabes que no me gusta cuando empiezan los truenos.

Minho sabía del miedo hacia los truenos que el de hoyuelos tenía; siempre que había tormentas buscaba la manera de hacerle compañía, o llamarlo en caso de que no pudiera ir hasta su casa. El menor se notaba un tanto nervioso e inseguro, al castaño no le gustaba ver a su noviecito de esa manera.

-... Y si tú te quedas conmigo... sé que no me sentiré tan mal, por favor, hyung.

El de más edad tomó las manos del peliazul y acarició el dorso de estas.

-Está bien, sabes que no te puedo negar nada, y menos esto, me quedaré contigo, ¿sí?

Atrajo al menor hacia él y lo envolvió entre sus brazos, tratando de transmitirle seguridad. Jisung asintió devolviendo el abrazo con la misma intensidad.

Se prepararon para dormir entre una conversación de cómo Chan se le había declarado a Seungmin ese mismo día, y el de apariencia de cachorrito lo había golpeado repetidas veces sólo porque se había tardado demasiado. Las fuertes gotas de lluvia repiqueteando contra la ventana de la habitación.

Estando listos se metieron entre las sábanas rosas de la cama del más pequeño, justo cuando el primer relámpago acompañado de un fuerte trueno hizo aparición.

Minho sintió como Jisung se tensó al escuchar el estruendoso sonido.

-Tranquilo, yo estoy aquí contigo, todo está bien, bebito -dijo a la vez que abrazaba al de lindas mejillitas por la cintura y éste escondía la cara en su cuello.

El mayor dejaba suaves acaricias en la piel de su cintura bajo su suéter, a la vez que le susurraba palabras bonitas y empalagosas.

Cada vez que se escuchaba el horrendo sonido proveniente de la tormenta, el menor se aferraba con más necesidad al cuerpo de su novio.

-Minho.. -el nombrado lo miró inmediatamente, incitándole a que continuara hablando- Gracias por estar para mí en estos momentos... y también siempre que lo necesito, lo aprecio mucho.

El castaño solo sonrió y se colocó sobre el más pequeño apoyándose con sus brazos a cada lado del cuerpo del peliazul.

-No tienes nada que agradecer, cariño -habló dulcemente-. Es importante para mí estar junto a ti, me gusta hacerlo, mi mente solo gira en torno a ti, sólo quiero que estés bien y muestres esa sonrisita que me vuelve loco e ilumina mis días.

A este punto, el menor sentía el nudito crecer en su garganta, amaba cuando su novio le decía cosas así, se sentía tan querido en esos momentos, tan feliz. - Lo amo, hyung.

-Y yo a ti, bebé. Ahora durmamos, solo concéntrate en nosotros y olvida la tormenta, ¿sí?

-Sí, amor.

Finalmente se dispusieron a dormir, abrazándose como si el mundo terminara al día siguiente, y fuera la última vez que tendrían esa sensación.

El palpitar de sus corazones a un mismo ritmo, opacaba el retumbar de los truenos en el cielo, mientras que sus labios se encontraban unidos y sus manos exploraban el cuerpo contrario.

Porque Han Jisung podría temerle a las tormentas, pero teniendo a Lee Minho a su lado podía olvidar todo y sólo pensar el inmenso amor que se tenían, y en lo feliz que es día a día.

hyung!  |minsung Donde viven las historias. Descúbrelo ahora