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-Sip, entremos -decía el menor mientras tiraba del brazo de Lee, el cual estaba estático y no hacía el esfuerzo de mover ni un solo de sus músculos.

-Nou, mejor vámonos a mi casa contradecía el mayor.

Para ponerlos un poco en contexto, se encontraban justo en las puertas de un centro comercial, en una constante discusión entre ambos sobre si entrar o no.

Han se había empeñado en querer salir con su novio, quien aceptó gustoso; una salida con el pequeño -a pesar de reducir un poco su tarjeta de crédito- aseguraba un buen momento y recuerdos gratos. Las citas tendían a tener siempre un matiz distinto, no sabrías esperar con exactitud lo que a Han se le ocurriría, sin embargo, todas eran especiales e interesantes de recordar.

El mayor dentro de sí pensó que el peliazul tendría la idea de ir al cine (hace mucho no iban; usualmente solían ver películas acurrucados en la comodidad del sofá, comiendo muchos y con mimos de por medio) o tal vez al acuario; ya que al más bajito le gustaba ver las distintas especies de dulces peces y animales acuáticos que estos contenían.

Sinceramente nunca se esperó que el menor quisiera ir de compras, y en estos momentos se encontraba en una batalla mental sobre si hacerle caso a su novio o intentar convencerlo de regresar a su hogar a comer helado mientras ven la saga de Harry Potter. La segunda opción sonaba muy tentadora, mas tratar de contradecir a su pequeño novio no era algo que llamase su atención.

No es que no quisiera ir de compras con él, sólo que eso implicaba dos posibles situaciones; la primera sería un Han indeciso sobre lo que quería llevar (1lo cual garantizaba caminar muuucho), y la segunda un Han queriendo llevar todo lo que pareciese lindo y agradable a sus ojos (lo cual aseguraba gastar muuucho).

No sabía cuál de las situaciones se le hacía peor, probablemente la larga caminata (sí, se cansa muy rápido), ya que por el dinero no se preocupaba en demasía; tenía un trabajo de medio tiempo que le funcionaba para pagar sus cosas personales, además de la suma mensual que le pasaba su padre, la cual destinaba para aportar a su hogar y así ayudar a su madre.

Entonces, mucho texto, volvamos al inicio...

-Vamos, hyung, será sólo un rato - musitaba Han mientras abrazaba al mayor por el torso, y restregaba su rostro en el firme pecho.

-Ash, está bien, vamos -fue lo que respondió, para seguido tomar la mano del más pequeño y entrelazar sus dedos para entrar finalmente al establecimiento.

Estuvieron caminando durante unos minutos, observando desde afuera algunas tiendas de artículos para el hogar, electrodomésticos, herramientas entre otras de ese tipo que no eran de su interés.

Prontamente estuvieron dentro de un local de postres, Minho no sabe en qué momento llegaron pero claramente se esperaba que fuera la primera tienda en la que entraran. Allí compraron algunos de los dulces preferidos del menor y siguieron su recorrido.

Caminaron alrededor de una hora donde compraron un montón de cosas. Sólo era el menor diciendo cosas como "Hyung, compremos estas camisas a juego, son bonitas"Minho... ¿me compra ese cuaderno para dibujar? Oh, y esos marcadores también, porfis", "Minho hyung, ese hoodie está muy lindo, comprelo", "AAAAAAA, EL ÚLTIMO ÁLBUM DE TWICE", "Me dio hambre, ¿compramos pizza?". Y muchas otras cosas que prácticamente agotaron su quincena.

Ahora se encontraban en una tienda de animales, Han veía embelesado las diferentes mascotas que allí habían, Minho pensó que sólo quería observarlos, el menor siempre ha sido muy curioso, sin embargo no se esperó lo que dijo... o sí se lo esperó, estamos hablando de Han Jisung, tenía sentido.

-Honnie ¿y si adoptamos a alguno? -decía, conforme una sonrisa adornaba su hermoso rostro- Tal vez un gatito? , no, ya tienes tres, ¿un perrito? Sip, que lindo es ese, mira. O un hámster, sí. Ah, mira esos pecesitos exclamaba con emoción.

-¿Es enserio, Hannie? Ya has tenido | peces antes y todos se te han muerto, ¿estás seguro de qué podrás con un gato o un hámster? -cuestionó.

-Ay, hyung, no sea negativo, yo puedo cuidarlo, estoy seguro - nunca dejó de sonreír-. Creo que sí puede ser un cachorrito, así le hace compañía a Soon-ie, Doong-ie y Dori. Oh, ¿mis papás me dejaran tenerlo? Yo creo que sí.

-Hanniee -lo interrumpió-. ¿Puedes dejar de hablar tan rápido? No creo que sea buena idea, es mucha responsabilidad, bebito.

Pero, Minho, yo quiero uno, seré un muy buen dueño y estaré pendiente de él siempre, así como usted con sus gatitos -hizo un pucherito intentando convencer a su mayor. Han sabía el poder que tenían sus encantos sobre Lee. -¿Por favor, hyuung?

-Ah, está bien, ¿cómo es que no puedo negarte nada? No creo que eso sea sano -comentó riendo- ¿Cuál quieres?

El peliazul señaló a un pequeño cachorrito, de pelaje blanco y muy suave, completamente lindo.

-Bueno, ese será.

Luego, fueron con un empleado del lugar, hicieron todo un papeleo, mas al final, adoptaron al cachorrito. Aprovechando que estaban ahí, compraron comida, una camita, varios juguetes, y algunas otras cosas que necesitaba el pequeño can.

Jisung iba muy entusiasmado con su nuevo amigo, su sonrisa delataba su felicidad.

-Lo llamaremos Woonie.

-No me digas que es por tu bias de ATEEZ...

-Claro que es por él -confirmó-.
Ahora vámonos, tenemos que decirle a Soon-ie, Doong-ie y Dori que tienen un nuevo hermanito.

Minho sólo atinó a soltar una carcajada, definitivamente ese pequeño era la luz de su vida, era impresionante la manera en la que lo amaba.

-Ah, Hannie, eres increíble suspiró, dejando un beso en la frente de Jisung.

-Lo sé, amor -dijo con una sonrisa-. Usted también lo es.

Se quedaron mirando a los ojos, no pudiendo evitar romper la distancia para que así sus labios se tocaran en un beso corto pero con muchos sentimientos de por medio.

Porque Han en ocasiones podría ser insistente con lo que quiere, y Minho podría negarse muchas veces, pero no había sensación más reconfortante que mirarse a los ojos sentir el inmenso amor que tenían por el otro.

hyung!  |minsung Donde viven las historias. Descúbrelo ahora