〰 🌨️ ꒱ 𝗔𝗡𝗢𝗧𝗛𝗘𝗥 𝗛𝗔𝗟𝗙
﹙ 𝒊 ﹚𝙀𝙉 𝙋𝙍𝙊𝘾𝙀𝙎𝙊
┈─ Un alma gemela.
Es normalmente una persona única que nos complementa a nivel espiritual, intelectual, alguien que...
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𝐂𝐇𝐀𝐏𝐓𝐄𝐑 𝐎𝐍𝐄
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Rosemary estaba abrazada a sí misma, sabía que había pasado incluso más de un mes en el que los agentes de HYDRA las habían secuestrado a ella y a su madre, en ese tiempo había pasado por cada clase de tortura por cada error que Grace Allen tenía de las pruebas que la obligaban a hacer.
También se dio cuenta de que gracias a todos los métodos que la hacían pasar eran gracias a algo que su madre le había inyectado cuando era muy pequeña. Se dio cuenta de ello cuando en uno de sus tantos estudios terminó rodeada de una tormenta de nieve creada de la nada y tuvieron que dispararle un sedante para poder volver capturarla o cuando estaba en compañía de uno de los gemelos y este la estaba molestando.
— ¿Qué vas a hacer, reina de las nieves? — le había dicho el teñido molestando a la rubia que estaba disfrutando en silencio de la pequeña ventisca natural del lugar.
Rosemary solo lo ignoraba cerrando sus ojos imaginando su hogar en Inglaterra cuando se sentaba con sus abuelos en el porche de la casa a ver la nieve caer y a su padre y su tío pelear revolcándose en el césped cubierto de nieve. Un dedo picando su hombro repetidas veces, la joven se giró a ver molesta al responsable.
— ¿Te diviertes, Sonic? — preguntó fría la rubia.
Pietro Maximoff se encogió en hombros e iba a seguir molestando a la rubia hasta que sintió como la temperatura bajaba violentamente y antes de que el teñido pudiera quitar su mano la joven lo agarro con fuerza, en la mano del muchacho fue corriendo una capa de fino hielo que lo comenzó a quemar poco a poco.
— ¡Eh! Rei-reina de las nieves. ¡Duele! — se comenzó a quejar tratando de soltarse.
El Barón Strucker prestó atención a la escena con una pequeña sonrisa acercándose lentamente. La gemela del velocista se acercó corriendo a ellos sacando dos aureolas rojas de sus manos.
— ¡PIETRO! — gritó.
Antes de que pudiera hacer algo, la mirada fría de la rubia se suavizo de golpe y quito su mano asustada.
— Yo- yo lo siento mucho, eso no fue mi intención — balbuceo mirando sus manos asustadas guardándolas entre los pliegues de la ropa holgada que llevaba. La gemela se iba a acercar amenazante a la rubia, pero el doctor se interpuso sacando los brazos de la joven para poder verlos con mayor detenimiento y ver los indicios de sus poderes, pero simplemente sus brazos lucían como si no hubiera pasado nada.
— Esto es fascinante, sus poderes siguen creciendo — dijo el doctor con fascinación. — Parece que no dejas de sorprendernos, Rose — el Barón sonrió cínico—. Doctor, podemos llevar a nuestra querida Allen a la habitación.
