Capitulo 34: Punto de Quiebre

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La había conocido por unos amigos que cursaban junto a ella. Al principio se había mostrado reacio al encuentro... No por no querer, sino porque no se sentía confiado del todo. Pero eso cambió al ver una fotografía de la chica y tras conocerla en persona.

Al principio de la relación, se comportó dulce y atento. Iba a cada reunión familiar; no porque quisiera, sino porque no quería quedar mal con su nueva familia política. En aquel momento había comenzado a seguir los pasos del mayor narcotraficante de ese país. Por lo que tenia poco tiempo para estar con ella. Sus compañeros de «Banda» lo molestaban con respecto a la joven. Le insinuaban que ellos serían mejores para satisfacerla; lo que por supuesto tenia sus consecuencias. Joaquín (su jefe) cada dos o tres semanas hallaba un cuerpo nuevo colgado, amordazado y mutilado; por lo que tenia que disimular frente a él... Pero el hombre ya había comenzando a sospechar por su manera de actuar y de comportarse con respecto a los miembros faltantes. Para despistarlo, se había comunicado con un traficante de Mariguana y Cocaína para comenzar a vender a comerciantes más pequeños. Había comprado una propiedad para vender mas tranquilo por su cuenta; dentro de la organización se habían comenzado a pelear por tener el control total de las ganancias. Su novia le había pedido vivir con el porque la situación en su hogar no estaba del todo bien. Aceptó... Aunque tendría que ser muchísimo más cuidadoso.

Un día se le ocurrió probar un poco del producto que distribuía... En aquel instante empezó una adicción que no pudo parar y comenzaron los problemas. Desde ese momento, sus celos empezaron a ser mas evidentes y fuertes; al punto de no dejarla salir por varios días o semanas. No le permitía vestirse femenina porque su mente trastornada le decía que de aquella manera no se vestía deseable para ningún otro hombre. Incluso le había cortado el cabello por la misma razón. Si la descubría usando blusas o faldas; la encerraba en la alcoba por varios días sin comida ni agua. En contra de sus protestas, quemó toda su indumentaria (incluyendo su ropa interior) frente a sus ojos para hacerle entender que debía obedecerlo, sin importar nada.

Llegó un momento en el cual la familia había comenzado a sospechar, por lo que le permitió que cada cierto tiempo la visitaran sus hermanos y su madre para no levantar mas sospechas. La hacia maquillarse lo golpes para aparentar que todo se encontraba de maravilla. Frente a  los demás fingía que la relación estaba en perfectas condiciones aunque a ella le disgustase todo aquel circo. La hacía quedarse hasta deshoras de la madrugada ayudándolo a empaquetar la droga previamente separada y enbolsada.

En mas de una ocasión la descubrió tratando de llamar a la policía, entonces la cosa terminaba en ella  con moretones en el rostro; tirada en el suelo y el con la adrenalina a tope por la situación. Siempre que sucedía eso aprovechaba para abusar de su cuerpo, puede no podía defenderse por miedo de obtener mas moretones por no cooperar.

Su hermano en cierta ocasión lo increpó con la intención de que dejara de maltratarla, pero pensando en que había sido idea de ella, comenzó a golpearla de nuevo. La chica en su afán de defenderse, lo golpeó con una lámpara. Lo que lo enfureció aún más. Fúrico, tomó un cuchillo y la sometió a los gritos y más golpes. Ya no sabía lo que hacia pues en ese momento se encontraba bajo los efectos del estupefaciente; como si fuera un pedazo de carne lo que tenía bajo su cuerpo, comenzó a marcarla con el filoso elemento. Se encontraba disfrutando de los gritos cuando su amigo entró de golpe al departamento y lo apartó de un puñetazo en el rostro. Apretó los dientes enojado por haber sido interrumpido y se lanzo al ataque con la idea fija de asesinarlo. Forcejearon y pudo colocar sus manos en el cuello del otro. Estaba comenzando a ahorcarlo, cuando una brigada a cargo de la policía entró al lugar y lo arrestó. El chico lo desarmó y los oficiales se lo llevaron.

Los días previos al juicio los pasó siendo víctima de las burlas de los policías. El día llegó y fue al lugar de la audiencia custodiado por dos soldados de las FARC. En medio del camino intentó sobornarlos con “Buena Mercancía”, pero al final no funcionó. Al entrar en el auditorio, pudo observar a su ex. Ésta al sentirse observada se encogió en su asiento tratando de evitar su mirada. Al notar ese hecho, sonrió como psicópata. Los golpes y amenazas habían funcionado.

Fragance|| (あなたの心に届きます)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora