Capítulo 31: "-¿Me tienes miedo, Adrien Agreste?"

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Agradecía con todas mis fuerzas que hubieran cocinado pasta. Lo agradecía con mí ser. Porque no sabía qué comían ellos normalmente. Tal vez una pata de ciervo o la cabeza de un puma. No lo sé. Pero yo no iba a comer eso, así que cuando vi entrar el plato de pasta, suspiré con tranquilidad.

—Sé que piensas que nadie sabe que estás nerviosa, pero créeme, tu corazón es lo primero que escuchamos. Tienes que calmarte, te prometo que no somos carnívoros… O no tanto. —Adrien susurró en mi oreja y yo asentí.

Emillie estaba sirviendo la comida en los platos vacíos de los demás. Adrien y yo habíamos sido los primeros en llegar a la mesa que se hallaba en el comedor, justo al lado de la cocina, y nos habíamos sentado a uno de los costados, Gabriel estaba en la punta, junto a Adrien.

—¡SAL DE MI CAMINO IDIOTA! —Kim empujó a Claude haciendo que esté cayera al piso. Pero claro, Claude lo tomó del pie haciendo que él caiga junto a su hermano que ya se encontraba en el suelo. Claude se paró mientras reía y luego miró a Emilie, que lo fulminaba con la mirada, su sonrisa desapreció al instante.

—Él empezó. —Señaló al chico que comenzaba a levantarse del piso mientras se sobaba la cabeza.

—Y yo voy a terminarlo si no se comportan. —Emilie los amenazó. Ambos bufaron y se empujaron un poco, echándose la culpa indirectamente. Se sentaron junto a ella y los miró mal otra vez, intentando controlarlos. No quería sonreír, pero me parecía una situación divertida. Y la sonrisa burlona que Adrien tenía en el rostro, me decía que a él también le parecía divertido.

Marc apareció mientras Claude y Kim se peleaban por estupideces y se sentó junto a mí, sonriéndome.

No podía creer que a pesar de llevar algunos meses junto a él, que me sonriera me causaba un extraño calor que subía a mis mejillas. Bueno, que cualquiera de ellos lo hiciera me causaba calor.

—¿Marín no ha llegado todavía? —Marc negó con la cabeza hacia Gabriel.

—Debe de estar por llegar en cualquier momento. No te preocupes. —Claude y Kim rieron.

—Sí, no te preocupes mamá, seguro está viniendo. —Emilie los miró mal.

—Claude… Que ni se te ocurra… —Dijo en tono amenazador.

—¿Qué? ¿Qué se me podría ocurrir? —Emilie iba a decir algo, pero nos sorprendió a todos un fuerte portazo. Supuse que había sido la puerta principal, porque todos estaban mirando hacia allí. Luego, unos pasos. Fuertes y firmes. Claude y Kim seguían conteniendo sus risas, pero de a poco, las iban soltando sin poder evitarlo.

Marín apareció de la nada y se quedó parado a un par de pasos de la puerta que llevaba a la cocina. Estaba completamente rígido, con sus manos a los costados y sus labios haciendo una línea recta. Su mirada perdida me causaba unos raros escalofríos. Claude y Kim soltaron todas las carcajadas contenidas mientras Marc se tomaba la frente, demostrando lo cansado que estaba.

No entendía nada, y no procuraba entenderlo tampoco, pero todo me llamaba la atención de una manera particular.

—Ya déjalo Claude. —Marc lo miró y luego a Marín.

—¿Qué? ¡Yo no estoy haciendo nada! —Emilie lo miró mal.

—Te apuesto a que ahora todo es ponis y color rosa, sin contar los arcoíris. —Kim le dijo a Emilie mientras reía, Claude le dio un codazo.

—Claude, pon a tu hermano de vuelta en la realidad, ahora. —El castaño se encogió de hombros.

—No es mi culpa que él consuma drogas raras mamá, yo no estoy haciendo nada.

ADRIEN #1 - Adaptación                                      (Adrinette/Lukloe)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora