EL PROTEGIDO DEL LEÓN

9-LUZ PURA

Xiao Zhan caminaba de la mano de su padre entre los arbustos y árboles viejos, que brindaban su sombra a quienes aprovechaban el fin de semana para salir a pescar al lago. Era una salida que el azabache atesoraba con todo su corazón, puesto que aunque su padre era amable con él, no tenían este tiempo para ellos dos desde hace mucho.

El niño de ocho años sonrió admirando al héroe de su infancia, y como éste cargaba las maletas para que pudieran entrar en el bote de pesca, mientras terminaba de ajustar su chaleco salvavidas.  Era una aventura que estaba por descubrir, una que recordaría por siempre.

Al cabo de una hora entre anécdotas y bromas, el azabache sintió como tiraban de la caña de pesca, así que uso su fuerza con ayuda de su padre para poder sacar al pez del agua, dando un movimiento que hizo al animal caer dentro del bote.

— ¡Lo logré!—saltó Xiao Zhan emocionado.

— ¡Sabía que podías hacerlo Zhan!—aplaudió Xiao He Peng.

El niño dejo de saltar al ver cómo el pez se sacudía en pánico por regresar al lago debido a que los filamentos de pegaban entre si y comenzaba a asfixiarse.

Su padre se percató de la mirada horrorizada de su hijo, y tomo de la cabeza y cola al animal para lanzarlo al agua nuevamente ante el asombro del menor.

—En ésta vida existirán momentos en los que deberás tomar una decisión rápida para salvar a alguien o dejarlo morir—hablo Xiao He Peng acariciando la mejilla del niño—. No puedes temerle a nada, ya que el miedo te hace débil... Confía en tus instintos y usa el poder con el que naciste para proteger a quienes amas.

— ¿Cómo sabré invocar mi poder si jamás lo he sentido?—cuestionó Xiao Zhan.

—Eres un cazador de Sangre Pura, esta en tu naturaleza—respondió su padre acariciando la mejilla del pequeño—. Cuando tu corazón esté listo, podrás invocar tu luz... Sólo debes encontrar aquello que te dé fuerza y valor.

— ¿Es un objeto? ¿Un Arma de Cazador?—insistió el niño.

—Yo active mi poder cuando conocí a tu madre, ella reflejo en mi tantas emociones que mi corazón decidió protegerla con mi vida... Llegado el momento, amaras lo suficiente como para tener la valentia de expulsar la luz que llevas dentro...

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Xiao Zhan sintió que su respiración se agotaba y su corazón latía con aún más fuerza. La imagen del León siendo atravesado por aquella sombra bañada en su sangre, fue como si él mismo pudiera sentir la herida en su pecho. El menor se tambaleó unos segundos sin poder reaccionar, hasta que quedó preso del pánico y salió corriendo tan rápido como pudo hasta su Protector. Su mundo parecía darse en cámara lenta, y por más que avanzaba con desesperación su objetivo estaba demasiado lejos y eso aumentaba su desesperación.

El León retrocedió unos pasos, con las patas que se enredaban entre ellas debido al dolor y el mareo que dejaba la enorme perdida de sangre que salía de su torso y su osico. Sin tener otra alternativa, Wang Yibo cambió a su forma normal y se dejó caer hacia atrás, siendo atrapado entre los brazos del azabache.

—Parece que los Wang nunca aprenden...—bufó Ling Mao atrayendo hacia ella la sombra para lamer la sangre—Lo siento niño, ese León ya está acabado, y en cuanto a ti—avanzó hasta él con una sonrisa triunfante—. Serás un bocadillo delicioso...