⁑Entre Guerras⁑ (Los compas)

ºUn escape y una horrible historiaº

-T-Timba...- Había dicho el niño de cabellera caramel, escondió su cabeza en el pecho del nombrado mientras lo abraza con demasiada fuerza. Los híbridos se fueron acercando a ellos lentamente, demostrando unas sonrisas macabras y miradas siniestras. Todos los chicos sabían que a Andrés no le pasaría nada ya que su aroma y carne no es de justo de los híbridos, pero...por otro lado a ellos no le toca la mejor parte.

-¡Alto ahí!- Gritaron unos hombres los cuales vienen armados, claramente se imagináis que son los de AEH y pues...si sin ellos. Los no humanos corrieron asía los arboles y los demás tuvieron que arrodillarse con las manos posadas en la nuca, los oficiales se los llevaron nuevamente asía su hogar, ya ahí los ataron en unas sillas y los dejaron en la sala.

-¿Donde estan Sugar, Sanity y Kitsune?- Dijo una mujer mientras miraba a su compañero, las nombradas se encontraban comiendo en lugar de comida rápida, pues pensaron que nunca iban a encontrar a los jóvenes.

-Ash...me canse de esperar me voy, estos son demasiados tontos para liberarse- Manifestó un caballero de ojos violeta, acto seguido se fue al igual que su compañera dejándolos completamente solos. No pueden hacer eso pero simplemente algunos asen lo que le da la maldita gana, pero gracias a esos ignorantes es posible que nuestros protagonistas escapen.

-Lo siento...no debí haber gritado "Híbrido" así de la nada, soy un idiota- Se disculpo el menor de ojos café, quedo cabizbajo con una cara de pena. Sus amigos sobre todo Timba lo apoyaron diciéndole «No es tu culpa» o «Tranquilo...nunca fue tu culpa» y también «Nada de esto es tu culpa pequeño» El joven Andrés se sintió un poco mejor pero aun el piensa que todo es por su culpa, pero la verdad no la es. El chirrido de la puerta trasera hiso que los demás enfocaron su atención para ver quien iba a entrar, se llevaron una gran sorpresa al ver entrar al híbrido de cabello shiraz oscuro. Se acerco a ellos y comenzó a desatarles las cuerdas, primero desato a Víctor el cual también lo ayudo, cuando May desato a Andrés este corrió a los brazos de Gonzalo.

-No me abandonaste...- Su voz sonó algo quebrada y una risa se formo en sus labios, mientras es abrazado por el reptil, sus amigos solo los miraron. Viendo esa chispa de amor que surge de esos dos, pero...no creo que sea amor, o tal vez ¿si? bueno eso depende de en que pienses colega.

-Las promesas no se rompen- Respondió Gonzalo y miro a los ojos al pequeño de cabellera caramel, una mirada serena se remonto en los dos. Pero fue callado por Timba el cual dijo «Ellos vendrán pronto, debemos irnos lo más rápido posible» mientras miraba por la ventana que da una vista a el patio de enfrente, los demás asintieron y corrieron a sus habitaciones para llevarse algunas de sus prendas, claro no se irán sin nada.

-¿Lis-

-Viste, te dije que no iban a escapa- Dijo mientras entraba con su compañera, son los que estan encargados de vigilar a LosCompas pero se habían ido. Miraron a los jóvenes y la chavala saco su pistola, apuntando a cada uno de los chicos.

-¡Alto ahí!- Grito dicha mujer, su acompañante copio su acción: Saco su arma y les apunto. Los demás quedaron quietos, sin saber que hacer o decir...pero uno de ellos reaccionó y decidió actuar. Como esta oculto tanto como la mujer y el hombre no saben que el esta ahí, así que lo primero que le vino a la mente fue atacar a cuerpo. Su victima es la chica pues esta de espaldas y es la más débil, se abalanzo asía ella cayendo ambos al suelo pero con el reptil arriba, le clavo los dientes en el cuello y se lo arranco de un solo tirón.

-¡Waah! a-ayu-ayud...a~- Sus cuerdas vocales fueron arrancadas y comidas por Gonzalo, pero sin embargo la mujer sigue viva, agonizando de el dolor. Sin más el de cabellera shiraz oscura le abrió el estomago con sus garras, acabando con la vida de la joven, el caballero de ojos violeta retrocedió dejando caer su pistola, se acorralo en la pared y quedo atónito. Gonzalo levanto su cabeza para ver a joven, era el siguiente así que con un solo movimiento ya se encontraba en frente de aquel hombre con sus garras enterradas en su estomago.