CAPÍTULO 1

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GIANNY 17

Como todos los días desde hace dos años la joven rubia despertaba gracias a la alarma de su móvil, y ya desperezada se metía a la ducha para después de diez minutos salir y vestirse con su habitual traje de trabajo, caminó aun descalza por la habitación directo a maquillarse y después de colocar algo de color en sus labios, ojos, mejillas y colocarse los zapatos de tacón aguja a juego con su ropa, miró algo preocupada su imagen.

Busco entre sus joyas y sacó un par de pendientes color esmeralda y rápidamente los colocó en sus orejas y dándose un vistazo rápido, cogió su bolso y salió a toda prisa de su departamento. Había adquirido aquel departamento cerca del metro para ahorrar en transporte y lo bueno era que su trabajo quedaba a solo unos minutos de este facilitándole muchas cosas.

Bajó las gradas del metro y después de esperar lo necesario abordar el tren para poder llegar a tiempo, después de veinte minutos llegó a su destino y bajando a toda prisa intentó salir sin ser aplastada por toda la gente, una vez en la calle se dirigió al starbucks más cercano y siendo ya una cliente habitual se atrevió a pasarse la cola para dirigirse hacia el área de servicio y ser atendida amablemente por Mike el joven coqueto del lugar.

----Hasta mañana señorita Candy.- Le entregó su habitual bebida mientras le guiñaba uno de sus marrones ojos.

----Hasta mañana Mike.- Y ante las miradas disconformes de algunos la rubia se retiró como si nada.

Cruzó ante el semáforo y caminando a toda prisa ingresó al enorme edificio para después de saludar gentilmente a sus compañeros subirse al ascensor.

----White.

----Grandchester.- Saludo a su compañero que como siempre se veía muy guapo en su traje.- ¿Noche agitada? .- Preguntó al ver las sutiles marcas oscuras bajo sus ojos.

---¿No puedes dejar de verme White?¿Tan interesada estas de mí?

----Brincos dieras Grandchester, brincos dieras...mis hermosos ojos verdes solo tienen un punto de interés y no eres tu papazote.

----Que ambiciosa compañera mía.

----No es ambición querido colega, es amor.

El castaño sonrió ampliamente ante la jocosidad de la rubia amiga suya, la había conocido hace ocho años cuando ambos empezaron a estudiar en la misma universidad y claro se graduaron en el mismo año...cosa que otros no hicieron.

Ella era linda, muy inteligente, amigable y sobre todo muy pero muy confiable y capaz.

Ambos se presentaron al mismo trabajo de pasantía, a ambos los aceptaron

pero por alguna extraña razón fue a Candy a quien llamaron antes que a él para darle el puesto de trabajo, aquello había afectado en extremo al joven, le habían herido el orgullo, pero al cabo de unos tres meses lo llamaron para ofrecerle un puesto similar al de Candy lo que lo había alegrado y molestado a la vez.

Tenía que dar lo mejor de sí mismo para superarla y no es que fuera su enemiga, la estimaba y admiraba pero deseaba ser mejor que ella.

La miro de reojo mientras feliz sorbía un poco de su café, era linda, muy linda tal vez hasta era de su tipo el problema era que le gustaba otra persona y aquello solo haría que la buscara solo para pasar el rato, y Candy White no era chica para pasar el rato.

----Sigues aprovechándote del pobre muchacho...verdad.- Habló mientras se abría la puerta del ascensor y más personas ingresaban, logrando que se pegaran más.

UNA HISTORIA DE NOVELADonde viven las historias. Descúbrelo ahora