Sus pasos se volvieron cada vez más lentos. No tenía idea de hacia dónde iba. De alguna forma creía ir en la dirección correcta.
Su padre le dijo que para llegar a la cascada debía darle la vuelta a la montaña y la montaña estaba cada vez más cerca. Duraría tan solo unos días en llegar.
El bosque se volvió oscuro, es decir, aterrador. Las miles de estrellas esparcidas por el cielo iluminaban los árboles.
—Alto.—dijo en voz alta.
Harry dejó de caminar.
Louis se encorvó de dolor. Apretó los puños y tomó una gran bocanada de aire. Soltó todo. Una y otra vez.
No era la primera vez que sus cachorros pateaban su estómago, pero si su primera vez solo. Ya no tenía a nadie a quien contarle, con un poco de entusiasmo, lo que estaba pasando dentro de su cuerpo.
No llores.—se habló así mismo en voz alta.—¡No llores!—se limpió las lágrimas. Levantó la vista al sentir unas ásperas manos tocando su brazo.—¿Qué haces? ¿Por qué me tocas?—se mordió los labios.—No me toques.
—Inhala.—inhaló—y exhala—exhaló.—¿Te sientes mejor ahora?
Louis levantó la mirada.
—No vuelvas a tocarme.—su quijada tembló—me siento mejor.—por un momento anheló tocar su estómago para sentir las patadas con sus propias manos. No lo haría, por supuesto. Eran sus cachorros, los querría cuando nacieran, pero él no los pidió. Mientras vivieran dentro de su estómago los odiaría. Desearía con todas sus fuerzas que no nacieran.—estoy bien.—enderezó su espalda.
Harry palmeó sus hombros con suavidad.
—¿Estás seguro?—preguntó.
—Nunca he estado tan seguro en mi vida.—suspiró.—Y te dije que no me tocaras.
—No te volveré a tocar.
—Gracias.
Volvieron a caminar en silencio. Ninguno dijo nada más. No hasta que Louis habló.
—Te estoy siguiendo.—susurró.
—Yo te estoy siguiendo.
—¿Estás bromeando?—paró de caminar.
Estaba cansado cuando comenzaron a caminar. En ese momento se sentía exhausto, tanto que se tiraría a la tierra y dormiría bajo la luz de la luna sin importarle los peligros que asechaban el bosque al anochecer.
—Es una broma.—extendió los brazos. Louis se dio la vuelta.—Mira hacia el frente. Bienvenido a mi madriguera.
—¿Vives ahí?—preguntó aterrado.
Era parecida a una cueva, solo que de tierra y rodeada de césped y flores.
—Es el lugar más seguro del bosque. Y es solo mío.—dio unos pasos hacia adentro. Al darse cuenta de que el omega seguía parado en la entrada lo animó a entrar.—No tengas miedo. Está oscuro, pero no hay animales salvajes aquí adentro.
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Salta, Louis
FanfictionLouis, uno de los jóvenes con el poder de tomar una forma animal, habitante en el bosque junto a su futura manada, con unos preciosos ojos azules llenos de vida y una gran obsesión por los salmones, descubre que está embarazado un mes después de que...