En el misterioso mundo de lo cotidiano, Will Byers emerge como una estrella fugaz, un destello en la oscuridad que despierta curiosidad y fascinación en aquellos que lo rodean. Para algunos, es un enigma envuelto en misterio, un rompecabezas cuyas p...
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El mayor no dijo nada hasta que llegamos a una puerta hecha de piedra, que por su apariencia, se ve que lleva miles de años muy bien escondida. Él explica que esta cueva jamás había sido encontrada hasta que llegue yo, ya que, esta solo es visible a los que poseen magia, me quedo en shock al oir la palabra "magia" ya que no creí que esto se pudiera considerar magia. Jane estaría muy celosa ahora mismo.
Y hablando de ella... a decir verdad extraño a mi hermana, jamas ha sido tan buena conmigo pero trata de serlo, y aprecio mucho eso. Ojalá estuviera aquí, quizá ella no podría pasar ya que hay una pequeña posibilidad que sus poderes provengan de alguna otra parte —a causa de sus experimentos—. Jamás me había puesto a pensar de donde podrían provenir sus poderes, es más, creo que ni ella lo ha pensado. Quizá cuando la vea le pueda preguntar.
—Sígueme. —ordena, yo solo me limito a asentir con un poco de nerviosismo.
Hago lo que me ordena y lo sigo por un pasillo muy angosto donde apenas cabemos los dos en una fila, pero poco a poco, el pequeño lugar se va abriendo hasta quedar lo más angosto que pueda estár, después de caminar por varios minutos más nos topamos con un pequeño vacío, pero Merlin da luz con un hechizo, dejando ver lo que realmente es.
—¡Fiat lux!.
No se lo que acaba de decir, pero con eso hace que mi piel se ponga de gallina. Se supone que era Merlin provenia de un cuento de hadas y de varias películas, era solo un mito, y ahora lo estoy viendo a mi lado. ¿Será que tome alguna planta alucinógena o algo así? No recuerdo haberlo hecho... al parecer todo esto es real y no es producto de mi imaginación. Sigo al hombre hasta un cuarto donde no solo hay Demogorgones en una especie de trance, si no que una mesa enorme está en el lugar, y encima de ella hay varios pergaminos, los cuales me causan tanta curiosidad que me acerco sin que Merlín se de cuenta, en estos pergaminos están plasmados varios dibujos: Uno De Hawkins, otro de el Upside Down y cuatro lugares más que no puedo reconocer.
—¡No puedes tocar ahí, William!.
¿Cómo sabe mi nombre?.
—¿Sabe mi nombre? ¿Quien era ese que me estaba intentando matar? ¿Usted es alguien peligroso? ¿Qué es este lug-
—Calma. —interrumpe.— Se que tienes muchas preguntas, no todas podrán ser respondidas por mi, pero como ya lo dije: Mi nombre es Merlín y no soy una persona peligrosa.
No me termina de convencer.
—¿Qué hay de la persona que me ataco?.
Él no responde, solo se queda callado y prosigue a caminar hacia un rincón donde hay un especie de bastón largo hecho de madera, con una pequeña gema de color morado, justo como mis poderes se manifiestan. Me quedo en shock al ver que en vez de que él mago lo mueva con su mano lo atrae con su mano como si de un iman estuviéramos hablando. Cuando Merlin tiene el objeto en su mano las luces que alumbraba el lugar se apagan y la pequeña gema morada da una luz muy tenue que apenas da la suficiente luz para alumbrar nuestras caras, él se pone frente a mí y pronuncia unas palabras que me dejan muy impactado.
